Serán los picores primaverales, pero estos días me ha dado por llevar en el walkman música de baile. Aunque no necesariamente de ahora. Y es que en esta ocasión viajaremos doscientos y pico años en el tiempo, a menear el esqueleto con lo que hacía furor en todos los salones de alcurnia de la época: el minué.
Puesto de moda, ya lo supondréis, en la corte de Luis XIV, el Rey Sol, se convirtió enseguida en el baile aristocrático por antonomasia. En origen era de estructura más sencilla, pero en la segunda mitad del dieciocho lo contemplamos ya plenamente desarrollado, con su clásico formato A-B-A’: un primer tema, con repetición, un segundo que contrasta con el primero, y vuelta al tema inicial, esta vez sin repetición. Quizá no esté de más recordar como ilustración el más famoso de todos, el “Y.M.C.A.” del rococó, el exitazo del siglo, que no es otro, naturalmente, que el célebre “Minueto célebre” de Boccherini. Todo el mundo sabrá ya al que me refiero, exceptuando todo lo más unas pocas tribus de bosquimanos, un par de aldeas perdidas en Corea del Norte y puede que un retén de venusinos recién aterrizado en el planeta. En el poco probable caso de que pertenezcáis a alguno de esos colectivos, aquí tenéis una redondísima interpretacion de I Musici, con Pina Carminelli a la cabeza, grabada en 1982:
Quinteto de cuerda op. 11 nº 5 – Minuetto / Luigi Boccherini
Quinteto de cuerda op. 11 nº 5 – Minuetto / Luigi Boccherini
Orquesta: I Musici; dirección: Pina Carminelli
El italiano Luigi Boccherini (1743-1805) fue una rara avis musical, como esos bicharracos que la marea evolutiva ha dejado varados en las islas Galápagos y no se encuentran más que allí. Era contemporáneo de Joseph Haydn, pero mientras este abría en Viena los portones del clasicismo a los futuros Mozart, Beethoven, Schubert y compañía, Boccherini fue fichado por el Infante Luis Antonio de Borbón y pasó en España casi toda su vida adulta. El tal infante (al que el libro Guinness de los récords cita, por cierto, como el cardenal más joven de todos los tiempos —vistió la púrpura cardenalicia a la provecta edad de ocho años, así que seguramente conservará la marca unos cuantos siglos más) era el hermano menor de Carlos III, pero en 1776, por unos dimes y diretes sucesorios, se vio obligado a marcharse de Madrid y establecerse en su palacio de Arenas de San Pedro, en Ávila, a donde lo acompañó todo su séquito, Boccherini incluido.
Seguro que en Arenas de San Pedro se respira un aire de escándalo, pero no nos engañemos: nunca ha sido una de esas urbes cosmopolitas que crean tendencia. Eso explica el idiosincrático estilo de nuestro protagonista, más emparentado con los aires galantes del posbarroco que con los nuevos vientos que soplaban de Centroeuropa. El rococó musical, al contrario que el arquitectónico, se define por la ligereza de sus formas, y en particular por el énfasis en la melodía sobre la polifonía. El “Minueto célebre” es un ejemplo de manual, como también lo son los quintetos de flauta del Opus 19 publicado por Boccherini justo el año del éxodo a Arenas. El fragmento que vais a escuchar no tiene la inmediatez superventas de su afamado primo, eso es así, pero ya veréis qué suave entra. Ojo a dos detalles que le suben la nota: a) hay una flauta, que para eso es un quinteto de flauta; aquí reemplaza a uno de los violonchelos (Boccherini era un consumado chelista, y su especialidad fueron los quintetos de cuerda donde, como en el “Minueto célebre”, este instrumento dobla su presencia) aportando un extra de ingravidez; y b) viene a cuento porque es un minué. Resalto lo de “minué” porque las composiciones de Boccherini están repletas de ellos, pero, conforme al modo italiano al uso, siempre se indican como “minuetto” en las partituras. Esta vez empleó excepcionalmente el vocablo castellano, quien sabe si como un guiño especial a la tierra que le dio tantos años cobijo.
Es hora de pasar a la acción, así que no quiero ver ni una testa sin peluca, ni mejilla sin empolvar, ni labios sin una rosa; ¡y que esas enaguas de encaje arranquen chispas del parquet, por vida de…!
Quinteto de flauta op. 19 nº 1 – Minué / Luigi Boccherini
Quinteto de flauta op. 19 nº 1 – Minué / Luigi Boccherini
Auser Musici: Carlo Ipata, flauta; Luca Ronconi, violín I; Francesco La Bruna, violín II; Teresa Ceccato, viola; Luigi Puxeddu, violonchelo
“Sonata para flauta y arpa op. 5 nº 1 – Presto” (1768), “Concierto para violonchelo nº 9 en si bemol mayor – Andantino grazioso” (c. 1770) y “Quinteto de guitarra nº 4 en re mayor – Pastorale” (1798).