Zukertort - Blackburne

Londres 1883


1.c4 e6 2.e3 Aunque la partida podría derivar a un gambito de dama, Zukertort no tiene reparos en bloquear su alfil de casillas negras: Pillsbury todavía no había demostrado lo eficaz que este alfil puede ser en g5 (os remito a su partida contra Marco, vista aquí en noviembre de 2014). 2...Nf6 3.Nf3 b6 4.Be2 Zukertort se conforma de nuevo con una jugada tranquila, reforzando f3 ante la presión del alfil fianchettado. No hubiera tenido nada de particular avanzar el peón de dama a d4 y luego colocar el alfil en d3, donde estaría más activo que en e2. 4...Bb7 5.O-O d5 6.d4 Me remito a mi comentario anterior. 6...Bd6 Blackburne lo hace bien de momento, preparando la ruptura ...e6-e5. 7.Nc3 O-O 8.b3 Una versión primitiva de lo que luego se llamaría el sistema Colle-Zukertort (vimos otra línea no estándar de este sistema en la partida Capablanca-Villegas del Especial bicentenario). En la actualidad se prefiere que el caballo esté en d2 en vez de c3 (para controlar mejor e5 cuando el alfil vaya a b2), y el alfil en d3 en lugar de e2. Luego se sigue con Nf3-e5, f2-f4 y, si el negro se duerme, con Rf1-f3-h3 etc. Digno de consideración, por tanto, sería aquí (en vez de b2-b3 como juega Zukertort) el salto 8.Ne5. 8...Nbd7 9.Bb2 Qe7?! Despiste de Blackburne. El avance 9...e5? es todavía prematuro porque las negras pierden un peón, 10.dxe5 Nxe5 11.Nxd5 (que el caballo esté en c3 también tiene su utilidad...), así que el negro conecta sus torres y prepara mejor la ruptura, sin descartar ...c7-c5 que también es una opción. Todo lo cual está muy bien, pero hemos pasado por alto uno de los principios básicos de la estrategia: en las posiciones abiertas los alfiles son mejores que los caballos. Por tanto, lo pertinente hubiera sido jugar 9...a6!, garantizando la supervivencia del alfil de d6, y solo entonces continuar con ...Qe7, ...Rad8, ...dxc4 y ...e6-e5 (o ...c7-c5). Zukertort aprovecha la oportunidad de inmediato: 10.Nb5! Ne4 11.Nxd6 cxd6 12.Nd2 El caballo ya no tiene posibilidad de saltar a e5, así que recula preparando f2-f3 y, eventualmente, e3-e4. 12...Ndf6 Era digna de consideración 12...f5, poniendo más trabas a los planes del blanco, aunque implicaría debilitar e6. 13.f3 Nxd2 14.Qxd2 dxc4 Aunque la posición se ha mantenido más o menos cerrada hasta el momento, podría potencialmente abrirse, que es lo que la pareja de alfiles está esperando. Con esta jugada y la siguiente Blackburne limita dicha apertura, pero al mismo tiempo renuncia a ...e6-e5 y se resigna a una partida con pocas perspectivas. El avance 14...e5!? asegura más contrajuego, 15.dxe5 dxe5 16.Rfd1 Rad8, aunque los alfiles dan una cierta ventaja a las blancas. 15.Bxc4 d5 16.Bd3 Rfc8 Blackburne no se percata del peligro que puede llegar a correr su rey y se apresta a controlar la columna abierta. Terminará entendiéndolo. A pescozones. 17.Rae1! Uno de esos movimientos donde se nota la mano del experto. Muchos jugadores preferirían la normal 17.Rac1, disputando la columna, pero ese plan no es bueno porque conduciría a un intercambio en masa de piezas y facilitaría la defensa al negro. Regalar una columna no es ninguna tontería, pero Zukertort ha estimado correctamente que en esta situación concreta se lo puede permitir, ya que sus alfiles y peones tienen bien defendidas las casillas c1-c5. Observemos, por último, que es la torre de dama la que tiene que ir a e1; la otra está muy bien donde está para apoyar el avance del peón f. 17...Rc7?! Coherente, pero haciéndole el juego a las blancas. Era mejor 17...a5!, para a continuación llevar el alfil a a6 y cambiarlo por el de d3. El blanco puede evitar el cambio con 18.Qe2, pero entonces es posible el contragolpe 18...a4. 18.e4 Rac8 19.e5 Ne8 Quizá sea algo mejor 19...Nd7; el caballo podría ir luego a f8 y apuntalar h7. 20.f4 g6 Hay que poner freno a ese peón de algún modo, pero ya que se va a jugar ...f5 en la próxima jugada ¿por qué no hacerlo ahora y no debilitar más el enroque? 21.Re3 Aquí fue, según Minchin, donde Zukertort concibió su tremenda jugada 28. Cierto o no, el movimiento es prometedor: por ejemplo, amenaza Rh3 seguido de f5 y Qh6. 21...f5 21...a5, con la intención de llevar la dama a b4, no es tan efectiva aquí como en la jugada 17 (el blanco tiene 22.a3), pero habría evitado a las negras el sofocón que están a punto de llevarse. En cuanto a 21...Ng7, se responde con 22.g4. 22.exf6 Nxf6? El fallo decisivo. Era imprescindible capturar con la dama, 22...Qxf6 23.Qe2 Ng7 24.g4, aunque la posición de las negras no es envidiable precisamente. 23.f5! Se acabó la partida. Ahora empieza el videojuego. 23...Ne4 23...gxf5 pierde menos espectacularmente pero igual de seguro: 24.Bxf5 Ne4 25.Bxe4 dxe4 26.Rg3+ Kh8 27.d5+ e5 28.Qf4 Re8 29.Bxe5+! Qxe5 30.Qxe5+ Rxe5 31.Rf8#. 24.Bxe4 dxe4 Ahora el alfil de casillas negras, que dormitaba en b2, despertará... 25.fxg6!...¡aunque no inmediatamente! La posición pide 25.d5 a gritos, pero la continuación 25...Rc2 26.Qd4 e5 27.Qxe4!? Rxb2 28.fxg6 h5 no es concluyente. 25...Rc2 James Minchin: "Los excitados espectadores pensaban, naturalmente, que Zukertort perdía con esta jugada una pieza y la partida, si bien uno de ellos, que creía firmemente en su habilidad, apostó un chelín a que ganaría (aunque reconocía no tener la más remota idea del cómo)." Yo: las negras, en todo caso, no tenían alternativa, ya que lo que sigue a 25...hxg6 es bastante triste de ver, 26.Rg3 Qg7 (26...Qh7 Rf6) 27.d5 e5 28.Qg5 Re8 29.Rf6. 26.gxh7+ Kh8 De nuevo única. No vale capturar con el rey, 26...Kxh7 27.Rh3+ Kg8 28.Qh6, ni con la dama, 26...Qxh7 27.Rg3+ Kh8 28.d5+ e5 29.Bxe5+. 27.d5+ e5 Y por fin, con el rey aparentemente a salvo tras el peón de h7, ¿cómo salva Zukertort su alfil y gana su fan el chelín? 28.Qb4!! Steinitz describió esta jugada como "gloriosa". Es, además, el único modo seguro de ganar. Si 28.d6 Qg5 29.Qxc2 Rxc2 30.Rg3 Qh5 31.Rf8+ Kxh7 32.Rh3 Qxh3 33.gxh3 Bc6 las negras pueden intentar sobrevivir especulando con los alfiles de distinto color. 28...R8c5 Capturar la dama implica recibir mate en 7 movimientos: 28...Qxb4 29.Bxe5+ Kxh7 30.Rh3+ Kg6 (30...Kg8 31.Rh8#) 31.Rg3+ Kh6 32.Rf6+ Kh7 (o bien 32...Kh5 33.Rf5+ Kh6 34.Bf4+ Kh7 35.Rh5#) 33.Rf7+ Kh6 34.Bf4+ Kh5 35.Rh7#. Observemos que tampoco es posible aguantar retrocediendo con 28...Qe8, véase 29.Rf8+! Qxf8 30.Bxe5+ Kxh7 31.Qxe4+ Kh6 32.Qh4+ Kg6 33.Qg4+ Kh7 (33...Kf7 34.Qe6#) 34.Rh3+ Qh6 35.Qg7#, ni taponando con la otra torre, 28...R2c5, en vista de la simple 29.Rxe4. Finalmente, si se continúa con 28...Re8, que es la jugada que Zukertort suponía que haría Blackburne, vale de nuevo 29.Rf8+! Kxh7 (si 29...Qxf8 entonces 30.Bxe5+ Kxh7 31.Qxe4+ como antes) 30.Qxe4+ Kg7 31.Rxe8 y cae la torre de c2. 29.Rf8+! Que no pare la música. 29...Kxh7 La alternativa 29...Qxf8 30.Bxe5+ Kxh7 31.Qxe4+ es ya más que conocida. 30.Qxe4+ Kg7 31.Bxe5+! 31.Rg8+! Kxg8 32.Qg6+ Qg7 33.Qe8+ Qf8 34.Rg3+ conduce al mate un poco antes, pero la jugada de Zukertort tampoco es una broma. 31...Kxf8 32.Bg7+! El último adorno: la reina negra sucumbe porque 32...Qxg7 33.Qe8# es mate. 32...Kg8 33.Qxe7 1-0 [Comentarios parcialmente basados en notas de Emms y Steinitz]