Pomar - Geller

Interzonal de Estocolmo 1962


1.d4 Nf6 2.c4 g6 3.Nc3 Bg7 4.e4 d6 5.Be2 O-O 6.f4 Pomar responde con el ataque de los cuatro peones a la india de rey de Geller. Es la opción más agresiva que tienen las blancas para oponerse a esta defensa; tal vez demasiado agresiva, porque aunque su centro impresiona bastante, los peones no mueven atrás y podrían quedar agujeros en la retaguardia. El negro, eso sí, no puede descuidarse lo más mínimo o le vendrá encima una avalancha. El orden de jugadas más habitual del blanco es 5.f4 y 6.Nf3, pero el alfil suele acabar en e2 así que no hay una diferencia sustancial con la secuencia del español. Si en lugar de avanzar su peón hubiese jugado 6.Nf3 revertiríamos a la variante clásica, como en la partida Najdorf-Gligoric que os enseñé allá por septiembre de 2012. 6...c5 Lo mejor para el negro es contraatacar en el centro cuanto antes, aprovechando que las piezas de su oponente están todavía por desarrollar. Hay dos formas de hacerlo, una es la de Geller, la otra 6...e5. Con el orden de jugadas estándar esto sería prematuro, porque habría un caballo en f3 en vez de un alfil en e2 y 7.dxe5 dxe5 8.Nxe5 ganaría el peón, pero en la presente situación es perfectamente válido, 7.dxe5 dxe5 8.Qxd8 Rxd8 9.fxe5 Nfd7 10.e6 fxe6. 7.Nf3 Hay alternativas. La primera, 7.dxc5?!, no es especialmente recomendable, ya que 7...Qa5! pone al descubierto la debilidad de la casilla e4. Lo que se juega normalmente es 7.d5, bloqueando el centro y demorando el avance e4-e5 hasta que se haya completado el desarrollo. Las negras suelen responder 7...e6 8.Nf3 exd5 9.cxd5 Bg4, con idea de cambiar en f3 y así dificultar dicho avance. Con su jugada, que permite el cambio en d4, Pomar muestra su intención de derivar la lucha hacia cauces más posicionales. 7...cxd4 8.Nxd4 Nc6 Geller tampoco parece interesado en precipitar las acciones. Cabía valorar 8...Na6 9.Be3 Nc5, presionando de inmediato el centro negro, o 8...Bg4, con la que Gligoric ganó una partida al propio Pomar en la Olimpiada de La Habana de 1966. 9.Be3 En caso de 9.Nc2 Be6 10.O-O Rc8 el peón de c4 quedaría en el punto de mira negro, con el añadido de que el alfil de g7 controla de reojo c3, así que habría que pensárselo bien antes de mover b2-b3. 9...Ng4 Con este movimiento Geller fuerza la simplificación de la partida, entendiendo que así conseguirá igualarla. Tiene lógica, pero hay un inconveniente: al desaparecer del tablero el alfil de g7 las casillas negras de su enroque quedarán debilitadas. 9...Bg4 es una alternativa razonable, aunque tras 10.Nxc6 (10.Bxg4 Nxg4 11.Qxg4 Nxd4 12.Qd1 Nc6, con una posición cómoda para el negro, es la justificación táctica de la jugada anterior) 10...Bxe2 11.Nxd8 Bxd1 12.Rxd1 Rfxd8 13.Ke2 Rdc8 el sacrificio de peón 14.c5! da cierto brío al juego de las blancas. 10.Bxg4 Bxd4 10...Bxg4? sería un gravísimo error por 11.Nxc6 Qd7 12.Nxe7+ Kh8 13.Nxg6+ y las negras pierden dos peones. 11.Bxd4 Bxg4 12.Qxg4 También se conocía 12.Qd2 Nxd4 13.Qxd4 e5 14.fxe5 dxe5 15.Qxe5 Re8, pero las negras tienen un juego bastante ágil a cambio del peón. 12...Nxd4 13.Qd1! Mejor que 13.O-O-O e5!, vista en la partida Fuderer-Gligoric, Zagreb 1955, ya que una lucha de enroques opuestos daría opciones a las negras de reaccionar si su rey es atacado, gracias a su fuerte caballo centralizado. Con ambos reyes en el mismo flanco esta posibilidad desaparece, lo que acentúa la debilidad del rey negro. 13...Nc6 El caballo debe regresar porque 13...e5 le daría al blanco una jugosa casilla en d5, aparte de que d6 queda débil. Por otro lado, 13...Ne6 es como suplicarle a las blancas que te ataquen con O-O y f4-f5. 14.O-O Qa5?! Parece más precisa 14...Qb6+ atacando b2 con jaque y obligando a las blancas a autoclavarse la torre con 15.Rf2. Tras 15...Qc5 16.b3 Rac8 las negras quedan mejor que en la partida. 15.Kh1 Ahora las blancas apartan sin más su rey de posibles jaques, precaución siempre aconsejable antes de emprender un ataque al enroque. A pesar de los cambios el negro no ha conseguido todavía igualar del todo porque su adversario controla más espacio. 15...Qb4?! Quizá subestimando a Pomar, Geller opta por el juego concreto contra los peones de b2 y c4. Da la sensación de que c5 habría sido mejor casilla para la dama. 16.Qe2 Na5? Si las anteriores jugadas del negro son discutibles, esto es un error claro. Los escarceos del soviético en el ala de dama solo conseguirán que Pomar mejore la situación de sus piezas. 17.Nd5! A continuación Pomar dictará una lección magistral sobre el arte de hacer fácil lo difícil. 17...Qxc4 18.Nxe7+ Kg7 19.Qd2!? El mallorquín se vale de la indefensión del caballo para empezar a castigar las casillas negras de Geller. La jugada tiene todo el fuste estratégico del mundo, aunque hay que decir que el ordenador prefiere 19.Qf3. La idea es que si se continúa con 19...Nc6 20.f5 f6, como en una variante de mencionaremos abajo, el blanco puede hostigar a la dama con 21.Rac1 ya que el peón de e4 está protegido. 19...Nc6 19...Qxe4? permitiría a las blancas montar un ataque decisivo, como ilustra la posible continuación 20.Rae1 Qa4 21.f5 f6 22.fxg6 hxg6 23.Qd3 Qg4 24.Rf3, para seguir con 25.Rg3. 20.f5! Muy dura. Pomar percute sobre el enroque y abre a su dama la diagonal c1-h6. 20...Nxe7? Probablemente el error decisivo. Ese caballo en e7, que encima está sin defender, le tocaría las narices a cualquiera, pero era urgente frenar el avance del peón con 20...f6. Tras 21.Nd5 Rae8 22.Nc3 al negro le esperan horas de sufrimiento por culpa del peón de d6, pero sigue en la pelea. Ahora le vendrá encima la de Dios es Cristo. 21.f6+ Kh8 22.Qh6! No hay prisa en recuperar la pieza. 22.fxe7 Rfe8 23.Qxd6 Kg8 también favorece al blanco, pero no tanto como la jugada de la partida. 22...Rg8 23.Rf3! Con la perversa intención de 24.Qxh7+ Kxh7 25.Rh3#. 23...g5! Geller, que no era un cualquiera, había previsto seguro esta escapatoria cuando capturó el caballo. Ahora 24.Qxh7+?? sería un suicidio, 24...Kxh7 25.Rh3+ Kg6. 24.fxe7 Rae8 Un momento interesante. 24...g4 25.Qf6+ Rg7 26.Rf4 Qe2 27.Qd4 Kg8 28.Qxd6 pierde rápidamente, y 24...Qxe4 tampoco es solución por 25.Rxf7 Qg6 26.Qxg6 hxg6 (o bien 26...Rxg6 27.Rf8+ Rg8 28.Raf1 Kg7 29.R1f7+) 27.Raf1 Rge8 28.Rf8+ Kg7 29.R1f7+ Kh6 30.Rxe8 Rxe8 31.g4! y el rey avanzará hasta d6, vigilando para que el negro no sacrifique todos sus peones y fuerce el ahogado con ...Rxe7. Lo más tozudo es 24...Qe6 25.Qxe6 fxe6 26.Raf1 Rge8 27.Rf8+ Kg7 28.R8f7+ Kg8, porque aunque el negro no puede hacer prácticamente otra cosa que mover su torre de dama por las casillas a8, b8 y c8, el blanco ha de encontrar un modo de asaltar su posición. El modo es 29.g4! Rac8 30.Kg2 h6 31.h4! Rb8 (no se puede capturar en h4 porque el rey tendría vía libre para avanzar) 32.h5 Rbc8 33.R1f6! (por supuesto, no para capturar en h6 sino para que el rey cruce la columna f sin poner en riesgo la torre de f7) 33...Rb8 34.Kf3 Rbc8 35.Ke3 b6 (con esta jugada y la siguiente, el negro intenta mantener cerrada la posición a toda costa) 36.e5! d5 37.b3! (para que el rey no reciba un inoportuno jaque cuando llegue a d4) 37...Rb8 38.Kd4 Rbc8. Por fin, optimizada la posición del rey blanco, vale 39.Rf8+! Rxf8 40.exf8=Q+ Rxf8 41.Rxe6 y se gana sin problemas, por ejemplo 41...Kh7 (si el rey va a g7 la torre puede empujarlo de todos modos a h7 dando jaque en g6) 42.Kxd5 Rf4 43.Rf6 Rxg4 44.e6 Rg1 45.e7 Rd1+ 46.Ke6 Re1+ 47.Kf7. 25.Qf6+ Rg7 Probablemente era aquí donde quería llegar Geller. Para consolidarse las negras no necesitan más que llevar su dama a e6, digamos 26.Rf5? Qe6 o 26.Re1? Qe6. Solo hay una jugada que gana, y es fantástica: 26.e5!! Y viva España, como diría Manolo Escobar. 26...d5 Recreémonos con las alternativas. Si 26...dxe5 se abre la columna y el blanco penetra con 27.Rd1! Qb5 28.Rd8 Kg8 29.Rfd3 Rg6 30.Rxe8+ Qxe8 31.Rd8 Rxf6 32.Rxe8+ Kg7 33.Rg8+ Kh6 34.Kg1, mientras que 26...Qe6 ahora no sirve por 27.Qxe6 fxe6 28.Rf8+ Rg8 29.Rxe8 Rxe8 30.exd6 y el peón de e7 queda defendido. 27.e6! Pomar es un tifón. 27...fxe6 28.Qe5! Amenazando Rf8+ y Rf7. El negro está en las últimas. 28...Qc8 29.Rf7 Y a la vista de 29...Reg8 30.Rxg7 Rxg7 31.Rf1, con la bárbara Rf8+ en la recámara, Geller se fue al hotel. Nunca ha estado el ajedrez español tan cerca del cielo como este 27 de febrero de 1962. 1-0 [Comentarios parcialmente basados en notas de Fernández Díaz]