1.d4 d5 2.Nf3 e6 3.c4 c6 4.Nc3 dxc4 Arranca la variante Noteboom en la semieslava, así llamada en memoria del prometedor y malogrado ajedrecista holandés Daniël Noteboom (falleció de neumonía en 1932 en Londres con tan solo 21 años de edad).
5.e4!? La continuación principal en la Noteboom es 5.e3 b5 6.a4 Bb4 (o 5.a4 Bb4 6.e3 b5) 7.Bd2 a5! (la clave de la variante; no es sano obcecarse con el peón de ventaja) 8.axb5 Bxc3 9.Bxc3 cxb5 10.b3 Bb7 11.bxc4 b4 12.Bb2. En pocas líneas de la apertura, si es que hay alguna, el negro comete tantos pecados. Empieza con unos cuantos movimientos de peones, luego desarrolla una pieza, no un caballo, sino su alfil bueno, para de inmediato cambiarlo. Lo siguiente es jugar el otro alfil, a b7 nada menos, donde queda obstruido por el peón de c6; con suerte no se enrocará hasta la jugada 14 o 15... Y lo más insólito de todo: por semejante descaro, en vez de un castigo ejemplar, obtiene como recompensa ¡dos peones pasados en a5 y b4! Pero en la vida no hay nada gratis, y en compensación el blanco goza de un fuerte control del centro con peones en c4, d4 y e3. El desequilibrio es de tal magnitud que evaluar objetivamente la posición es imposible; lo que pase dependerá de la precisión que desplieguen ambos contendientes. No es de extrañar que la variante Noteboom haya atraído a maestros del caos como Ivanchuk, Shirov, Nakamura o Grischuk (sin ir más lejos el último derrotó con ella a Kasimdzhanov, hace apenas un mes, en un supertorneo en Tbilisi). En lugar de 5.e3, Spielmann opta por una continuación más enérgica, cuya reputación es inmerecidamente dudosa. El blanco concederá la casilla d5, es cierto, pero también consigue una iniciativa mucho más duradera.
5...b5 El negro lo tiene muy claro: de momento llevo un peón en el bolsillo, luego ya veremos.
6.e5 Bb7 6...Ne7 7.a4 Nd5 nos conduciría a los vericuetos del llamado gambito Tolush, puesto de moda en los años cincuenta por Alexander Tolush y Efim Geller.
7.Be2 La anterior jugada del negro quita fuerza a 7.a4, que se respondería con 7...a6 soldando el ala de dama.
Una alternativa interesante es 7.Ne4, que invalida 7...Ne7? por 8.Nd6+; el negro puede responder con 7...Nd7, con intención de 8...c5, o la audaz 7...Qd5.
7...Ne7 El caballo marcha hacia la atalaya de d5. El blanco puede oponerse con 8.Bg5, pero el alfil quedaría algo desplazado tras 8...h6 9.Bh4 Qb6.
8.Ne4 Nd5 9.O-O Nd7 10.Nfg5 En su tiempo a Rudolf Spielmann se le llamó el último romántico. Soplaban los revolucionarios aires del hipermodernismo y su fantasioso estilo combinativo ya olía un poco a rancio, pero le brindó muchas bellas victorias. Fiel a sí mismo, se lanza ya sin contemplaciones a por el rey enemigo.
10...Be7 11.f4!? Con la obvia intención de 12.f5.
La directa 11.Bh5 exige una defensa precisa por parte del negro, pero no parece dar nada especial: 11...g6 12.Qf3 O-O 13.Qh3 Bxg5 14.Nxg5 Qe7! (esencial para defender h7 con ...f7-f6) 15.Bf3 f6 16.exf6 N7xf6 17.Qxe6+ Qxe6 18.Nxe6 Rfe8; la posición está nivelada.
11...g6 11...h6? no valía por 12.Nxe6! fxe6 13.Bh5+ Kf8 14.f5 y las blancas tienen una feroz iniciativa.
El negro se protege contra ...f5, pero el enroque 11...O-O era perfectamente legítimo dado que la inmediata 12.f5? hace aguas: 12...exf5 13.Rxf5 h6 y el caballo ha de retroceder con el rabo entre las piernas, ya que 14.e6 hxg5 15.Nxg5 Bxg5 16.Bxg5 N7f6, a pesar de su furibundo aspecto, no funciona ante una defensa precisa (la máquina así lo asegura).
12.f5!? ¡A pesar de todo! Ahora el enroque queda descartado y el blanco tiene un interesante ataque, que podría haber llegado a buen puerto contra un jugador con menos recursos que Eliskases.
12...exf5 12...gxf5? cede ante 13.Nxe6! fxe6 14.Bh5+ Kf8 15.Bh6+ Kg8 16.Qg4+! Bg5 (16... fxg4 17.Bf7#) 17.Nf6+ Qxf6 18.exf6 fxg4 19.f7#.
13.e6 fxe6 No valía 13...fxe4? por 14.exf7+ Kf8 15.Ne6#.
14.Nxe6 Qb6 15.a4!? De primeras el ordenador se escandaliza ante esta jugada y recomienda 15.Rxf5 c5 (desde luego no 15...gxf5?? 16.Bh5#) 16.Bg4 cxd4 (16...Qxe6 es menos clara por 17.Re5 Qb6 18.Re6 Qc7 19.Nd6+) 17.Rf2, por ejemplo 17...Ne5 18.Ng7+ Kd8 19.Ne6+ Kc8 20.Nf4+ Kd8 21.Ne6+ y tablas por jaque continuo. Pero Spielmann juega a ganar y no duda en seguir entregando material, especulando con la mala situación de la dama negra.
15...fxe4 16.a5 Qa6 17.Qc2? Este es el error decisivo. La continuación correcta es 17.Ng7+! Kd8 18.Ne6+, y si el negro esquiva la repetición con 18...Kc8 19.Bg4 h5 20.Bh3 c5 21.Rf7 se desemboca en una oscura posición en la que el blanco compensa su déficit material con una fuerte iniciativa.
17...N7f6! Puede demostrarse que 17...c5! 18.Qxe4 N7f6 19.Qe5 Kd7 también gana, pero la jugada de las negras es infinitamente más brillante y original. En esencia, Eliskases hace creer a su adversario que puede combinar para capturar la dama; en realidad es él quien la está sacrificando como preludio de un tremendo contraataque. Hace falta ser buenísimo para comprender que el rey que está en peligro aquí es el blanco, ¿no os parece?
18.Rxf6 El pobre Spielmann debía estar disfrutando como un loco, tal vez calculando en qué se iba a gastar el premio de belleza. Observemos que 18.Bg5 Rc8 19.Bxf6 se contrarresta con la simple 19...Nxf6. En cambio 19...Bxf6? es fatídica, porque seguiría 20.Qxe4 Kf7 y, por si fuera poco con 21.Nc5, engullendo la dama negra, vale 21.Rxf6+! Nxf6 22.Ng5+ Kf8 23.Qe6 y es mate en pocas jugadas.
18...Bxf6 Al contrario que en la variante anterior aquí hay que capturar con el alfil, pues a 18...Nxf6? seguiría 19.Nc7+.
19.Qxe4 La directa 19.Nc5 no era posible por 19...Bxd4+, pero con la descubierta en perspectiva el salto a c5 es imparable.
No ha lugar a 19.Bg5 Bxg5 20.Qxe4 Bf6 21.Nc7+ Kd7 22.Nxa6 Bxa6, ya que a pesar de la dama de menos el balance de material es muy favorable al negro.
19...Kf7 Si 19...Kd7? el golpe 20.Nc5+ es mucho más efectivo que en la partida gracias al jaque doble.
20.Nc5 Ya está. La dama cae, el blanco recupera con intereses el material entregado y se acabó la historia. Ni mucho menos, como veremos de inmediato. Notemos, para que no se quede nada en el tintero, que 20.Ng5+ Bxg5 21.Bxg5 Rhe8! 22.Rf1+ Kg8 no lleva a ningún sitio.
20...Rae8 21.Qf3 Clavando el alfil, pero...
21...Rxe2! Este es el detalle que se le escapó a Spielmann en su jugada 17 (y que se le escaparía a cualquiera que no se llame Komodo, Stockfish o algo así).
22.Nxa6 Si no se caza la dama ahora no se hará nunca: 22.Qxe2 Bxd4+ (el punto de la anterior jugada del negro) 23.Kh1 Bxc5.
22...Re1+ 23.Kf2 Rhe8 24.Nc5 El fuego de 24.Nb4 Nxb4 25.Bg5, intentando aprovechar la clavada del alfil, se extingue enseguida: 25...Nd3+ 26.Kg3 R8e6 27.Rxe1 Nxe1.
24...Bc8 Echemos cuentas: el blanco tiene dama contra torre, alfil y peón, además de un pizpireto caballo en c5. En teoría no está nada mal, pero la realidad es otra: sus piezas están descoordinadas, y en cuanto el negro active su alfil de f6 la cosa se pondrá fea de verdad.
25.b4 Hay que desatascar como sea la primera fila, pero el negro tiene ahora un maravilloso peón pasado.
25...Kg8! Mucho más consecuente que 25...Nxb4 26.Bg5, que daría un poco de vuelo al blanco.
26.Bb2 R1e3 Igualmente contundente es 26...c3 27.Rxe1 Bxd4+ 28.Kg3 Rxe1.
27.Qd1 c3 28.Bc1 c2 29.Qxc2 Resignación. Si 29.Qf1 entonces 29...Bxd4! 30.Bxe3 Rxe3 31.Rc1 Bg4 es más que elocuente.
29...Re2+ 30.Qxe2 Bxd4+! La embestida final.
31.Be3 Rxe3 32.Qf1 32.Qxe3 Bxe3+ 33.Kf3 Bd2 alargaría la partida unas pocas jugadas más, pero el resultado no está en cuestión.
32...Ra3+ Las blancas abandonaron ante 33.Ke2 Bg4+ 34.Kd2 Bc3+ 35.Kd3 (35.Kc2 Nxb4+ 36.Kc1 Rxa1#) 35...Bxa1+ 36.Kd2 Bc3+ 37.Kd3 Be5+ 38.Kd2 Ra2+ 39.Kd3 Bf5+ y a la ducha.
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[Comentarios parcialmente basados en notas de Macdonald y Soltis]