Porges - Lasker

Nuremberg 1896


1.e4 e5 2.Nf3 Nc6 3.Bb5 Nf6 Tras décadas de olvido, la defensa berlinesa se puso de moda a raíz del Campeonato del Mundo de 2000 entre Kasparov y Kramnik, donde fue la principal responsable de que el cetro cambiara de manos. Es una variante de gran solidez (de ahí su apodo de "el muro de Berlín"), sin largas líneas forzadas y donde la profundidad estratégica de los jugadores es lo que marca la diferencia. 4.O-O La variante principal. Una importante alternativa es 4.d3 Bc5 5.c3 O-O. Aquí las blancas pueden ganar un peón con 6.Bxc6 bxc6 7.Nxe5, pero 7...d5 da a las negras suficiente compensación. Normalmente se opta por la posicional 6.O-O y se continúa con 6...d6, aunque en el reciente Mundial de Chennai Carlsen le ganó (con negras) una partida a Anand jugando 6...Re8. 4...Nxe4 5.d4 En la defensa abierta de la española, es decir, con los movimientos ...a6 y Ba4 intercalados, 5.Re1 no se recomienda porque el caballo va a c5 y desde allí ataca el alfil de a4 y fuerza su cambio. En la presente posición es perfectamente jugable, porque para ganar un tiempo similar el negro ha de jugar 5...Nd6 bloqueando su propio centro. Aun así, tras 6.Nxe5 Be7 no se pasan especiales dificultades para nivelar la contienda. 5...Be7 Nos desviamos hacia la llamada variante Río de Janeiro. Lo más típico, por supuesto, es 5...Nd6 6.Bxc6 dxc6 7.dxe5 Nf5 8.Qxd8+ Kxd8, llegándose al célebre final contra el que tantas veces percutió sin éxito Kasparov en Londres 2000. 6.Qe2 Nd6 7.Bxc6 bxc6 8.dxe5 Nb7 A Tarrasch le parecía "completamente ridículo" que el negro gastara la mitad de sus movimientos para acabar con un caballo en b7. En realidad esta posición, ya utilizada por Anderssen cuarenta años atrás, es bastante sólida, porque el corcel planea trasladarse a e6 vía c5, y desde allí ejercerá una importante presión sobre las casillas centrales. Notemos que 8...Nf5?! es dudosa porque 9.Qe4 obliga a la debilitadora 9...g6. 9.b3!? Posiblemente e3 es mejor casilla para el alfil que b2, lo que no significa que la jugada sea mala. De hecho, el que primero la utilizó fue el propio Lasker, en una partida simultánea jugada en Londres en 1891. Los maestros modernos prefieren 9.Nc3, vista por ejemplo en una partida Topalov-Morozevich de Wijk aan Zee 2005, que continuó 9...O-O 10.Re1 Re8 11.Be3 d5 12.exd6 cxd6 y acabó en tablas. Por cierto, en el Mundial de 1981 Korchnoi perdió una partida contra Karpov usando 10...Nc5 (en vez de 10...Re8). Los comentaristas lo pusieron a caer de un burro: ¡mira que desempolvar una antigualla como la berlinesa en un evento de tanta trascendencia! Hay que ver la de vueltas que da la vida... 9...O-O 10.Bb2 d5 11.exd6 En este mismo torneo, unas rondas después, Teichmann prefirió 11.Nd4, especulando con la idea 11...Bd7? 12. e6!. Lasker, sin embargo, jugó 11...Qd7 12.Nd2 c5 13.N4f3 Qf5 14.Rac1 c6, llegándose a una posición más o menos igualada que el impetuoso Teichmann terminó arruinando con un sacrificio de pieza incorrecto. En la simultánea que mencioné antes Lasker jugó 11.Nbd2. 11...cxd6 12.Nbd2 Re8! Una mejora frente a 12...Bf6 13.Bxf6 Qxf6 14.Rfe1 Nc5 15.Ne4 Nxe4 16.Qxe4, con la que Pillsbury había derrotado a Lasker el año anterior en San Petersburgo. 13.Rfe1 La dama sigue en la columna abierta. Tal vez, a la luz de lo que viene después, podría haberse considerado la continuación 13.Qd3 Nc5 14.Qc4 Ba6 15.Qg4. 13...Bd7 14.Ne4? En la jerga ajedrecística anglosajona se denomina "limones" a mamarrachadas como esta. Es imposible imaginar qué pudo ver Porges aquí; lo cierto es que el error no cuesta la partida de milagro. En el libro del torneo Tarrasch recomienda la modestísima retirada 14.Qf1 ("el único lugar donde la dama puede encontrar un poco de sosiego") pero el blanco no lo ha hecho tan mal hasta ahora como para que sea necesaria una jugada tan artificial. 14.Nc4 d5 15.Nce5 Bd6 16.Qd2, por ejemplo, mantiene el equilibrio. 14...d5! Comienza la lección magistral del profesor Lasker. A partir de aquí no hay una sola de sus jugadas que no entrañe una amenaza directa. 15.Ned2 Esta bochornosa retirada es la única manera de no perder material. 15.Ng3 Bb4 cuesta una calidad y 15.Nc3 Ba3 una pieza. 15...Ba3 16.Be5 También obligada; 16.Qa6 Bxb2 17.Rab1 Rxe1+ 18.Rxe1 Nc5 pierde. 16...f6! Los movimientos de Lasker son tan naturales y fluidos que uno pensaría que la partida se gana sola. Ni mucho menos es así, porque a veces Lasker tendrá que elegir entre diversas alternativas, algunas engañosamente prometedoras. Por ejemplo, 16...Bb2?! 17.Rab1 Bxe5 18.Nxe5 f6 19.Qa6! fxe5 (19...Nc5 20.Qa3) 20.Qxb7 Bf5 21.Qb4 Bxc2 22.Rbc1 no da nada sustancial. 17.Qa6 Este golpe permite al blanco recuperar la pieza. 17...fxe5 18.Qxa3! Recuperado del susto, Porges juega bien de momento. 18.Qxb7? se resuelve brillantemente con 18...e4 19.Qa6 (19.Nd4 permite el doble ataque 19...Bb2) 19...Bb2 20.Rab1 exf3! 21.Rxe8+ Bxe8 y ahora no es posible 22.Rxb2 porque 22...Qg5 amenaza mate y al caballo a la vez, y si 23.Nxf3 entonces 23...Qc1+ gana la torre. 18...e4 19.Nd4 Qf6 Las cuitas del blanco se amplifican por su debilidad de las casillas oscuras. Los objetivos inmediatos de Lasker son el caballo de d4 y el peón de f2. 20.c3? Tras este segundo traspiés de Porges su destino queda sellado. La improbable 20.Qb4! parece mala ante el eventual avance ...c5, pero es la única manera de meter a la dama en la pelea. Si el atacante se precipita las cañas podrían tornarse lanzas, véase 20...Rf8 21.f3 c5 22.Qxb7 Qxd4+ 23.Kh1 Qxd2 24.Qxd7 exf3 25.gxf3, y ahora hay que conformarse con 25...Rd8 y tablas, ya que 25...Rxf3? 26.Rad1 Qg5 27.Rg1 da a las blancas una inesperada e inmerecida victoria. Lo mejor (tras 20.Qb4!) es 20...Rab8; luego de 21.Qc3 c5 22.Ne2 Re5 el negro lleva firmemente las riendas, pero todavía hay esperanza para el primer jugador. 20...Rf8 21.f3 Esta concesión es obligada porque si 21.Rf1 las negras disponen de 21...Qg5!, y si se protege el caballo con 22.Qc1, entonces 22...Bh3 gana la calidad por la amenaza de mate en g2. 21...Qg5 El martillo golpea una y otra vez. La fuerza del ajedrez de Lasker es impresionante. 22.Qc1 Si 22.Nf1 la simple 22...exf3 es suficiente. Tampoco hay desahogo en 22.Re2 (22.Rad1 lleva a cosas parecidas) 22...c5 23.Qa6 (23.Nc2 exf3) 23...cxd4 24.Qxb7 d3 25.f4 Qh6 26.Ree1 Bc6 27.Qc7 Rxf4. El negro se enfrenta de nuevo a una decisión técnica. ¿Cuál de las siguientes atractivas y enérgicas continuaciones, 22...Bh3 y 22...c5, es la buena? 22...Nc5! Ninguna de las dos. Esta jugada de desarrollo, que prepara una horquilla en d3, es la única que mantiene el ataque vivo. En efecto, tras 22...Bh3?! 23.Re2 e3 24.Nf1 c5 25.Nc2 Rxf3 26.Nfxe3 la ventaja negra se ha evaporado, y lo mismo cabe decir de 22...c5?! 23.Nc2 exf3 (o 23...Bh3 24.Re2) 24.Nxf3. 23.Nf1 Qg6 El mérito de la jugada anterior radica en entender que la amenaza que pende sobre d3 permite esta retirada. El final 23...Qxc1?! 24.Rexc1 Nd3 25.Rd1 Nf4 26.Ng3 da poco de sí. 24.Re3 Un movimiento de lo más feo, pero claramente preferible a 24.Qe3 Nd3 25.Re2 exf3 26.Nxf3 Rae8, seguido de ...Rxf3. 24...Nd3 25.Qd1 Al igual que la torre, la dama ha de vigilar f3; la alternativa 25.Qd2 c5 26.fxe4 (26.Nc2 Rxf3) 26...Rf2 27.Rg3 Qxg3 28.hxg3 Rxd2 29.Nxd2 cxd4 lo ilustra con meridiana claridad. 25...Nf4 Amenazando, además de mate, ganar la dama con ...Nh3+ y ...Nf2+. También era buena 25...c5. 26.Ng3 h5! El chaparrón no tiene visos de amainar. 27.Nde2 Si se juega 27.Qf1 para proteger g2, la dama regresa a g5 y amenaza ...Nh3+ con efectos decisivos: 27...Qg5 28.Ree1 h4 29.Nge2 (¡29.Nh1 Nh3# es mate!) 29...c5 30.Nc2 Nd3 31.Red1 Rxf3. 27...Nxg2! Así se remata una partida. La mezquina 27...exf3? 28.Nxf4 Rxf4 29.Rxf3 Bg4 30.Qd3! hubiera arruinado la victoria. 28.Kxg2 exf3+ 29.Rxf3 Bh3+! Lo más contundente. El final 29...Rxf3?! 30.Kxf3 Rf8+ 31.Kg2 Qf7 32.Qd3 Qf2+ 33.Kh1 Bh3 34.Rg1 Re8 (con la amenaza de ...Re3 y Qf3+) 35.Ne4 Rxe4 36.Qxh3 Qxe2 37.Qf5 no es del todo claro. 30.Kxh3 Tampoco vale 30.Kf2 Rxf3+ 31.Kxf3 h4 32.Ke3 (si 32.Nf1, 32...Rf8+ arrasa) 32...hxg3 33.Nxg3 Rf8 34.Rc1 Bg4, seguida de 35...Rf3+. 30...Qg4+ 31.Kg2 Qxf3+ 32.Kg1 O bien 32.Kh3 h4! 33.Kxh4 Rf6. 32...h4 33.Nh1 33.Nd4 estira un poco la agonía, pero no más: 33...Qf2+ 34.Kh1 hxg3 35.Qg1 c5. 33...Qe3+ Las blancas abandonaron, ya que 34.Kg2 se sanciona con el elegante mate 34...h3#. 0-1 [Comentarios parcialmente basados en notas de Soltis]