Estudio de G. Zakhodyakin
64 1931
Con esta distribución de material el resultado lógico sería un empate, y más teniendo en cuenta que el rey negro lo tiene muy fácil (sobre el papel) para bloquear el peón. Sin embargo, la posición contiene un par de detalles preocupantes para el bando defensor: sus dos piezas están arrinconadas y alejadas una de la otra. En buena lógica, el blanco debería aprovecharse de lo anterior para intentar cercar el caballo y capturarlo, sin que ello, claro, le cueste su valioso peón. Sin embargo, increíblemente, para ganar hay que hacer justo lo contrario: ¡obligar al caballo a acercarse a su rey y al peón!
1.Kc5! El blanco ha de actuar con decisión; si el negro consigue llevar su rey a g7 y movilizar el caballo las tablas serán inevitables. 1.Kd5? sería incorrecto: 1...Nb6+ 2.Kc6 Na4 y el caballo huye por la puerta de atrás. 1...Nc7 Forzado, ante la amenaza de Kc6. 2.Kd6 Ne8+ Un momento importante: ¿dónde debe ir el rey, a e7 o a d7? 3.Ke7! 3.Kd7? es un error, aunque la razón dista de ser trivial. Tras 3...Ng7 4.Bg6 Kg8 5.Ke7 Kh8 se llega a una posición de zugzwang recíproco: si el negro tuviera que mover, perdería; correspondiéndole al blanco hacerlo, no puede ganar. A primera vista el blanco no debería tener graves problemas para ceder un tiempo, pero no dispone de tanta elección como parece. El alfil ha de permanecer en g6 para que el caballo no escape por f5 o h5, de modo que hay que jugar con el rey. Si el blanco pudiese contestar a ...Kg8 con Bf7+ ganaría, como se verá en la línea principal, pero aquí no hay modo de conseguirlo: 6.Kd6 (6.Kf7 Nf5! aprovecha que 7.Bxf5 es un ahogado para dar salida al caballo) 6...Kg8 7.Kd7 Kf8! (no 7...Kh8? 8.Ke7, y el blanco ha pasado el turno de jugar a su oponente) 8.Kd6 Kg8! (8...Ne8? 9.Bxe8 Kxe8 10.Ke6 es una victoria elemental para el blanco) 9.Ke7 (8.Ke5 Kf8! o 8.Kd5 Kf8 9.Ke5 Ke7) 9...Kh8 y no hemos avanzado nada. El intento 10.Kf6 Kg8 11.Bf7+ Kf8! es igualmente improductivo, porque a 12.Kg6 sigue 12...Nf5! 13.Kxf5 Kxf7 y esto son tablas. 3...Ng7! Mucho más resistente que 3...Nc7 4.Kf7 Nd5 5.g6 y de repente el negro queda atrapado en una red de mate. 4.Bg6! Es ahora el negro quien ha de mover en la posición de zugzwang recíproco antes descrita. 4...Kg8 5.Bf7+! Kh7 5...Kh8 6.Kf6 Kh7 7.Ke5! Kh8 8.Kf4 adelanta una jugada el fatal desenlace. 6.Kf6 Kh8 El plan de las blancas sale a la luz: con su caballo y su rey estorbándose entre sí, el negro está prácticamente maniatado. Esto no significa que la victoria sea automática. 7.Kg6?, por ejemplo, permite 7...Ne6! 8.Bxe6 y de nuevo tenemos un ahogado. 7.Ke5! Kh7 8.Ke4! Esta es la clave. El rey, que a lo largo de todo el estudio se ha desplazado en diagonal por las casillas oscuras, triangula a través de e5 para así perder un tiempo. Obsérvese que tras 8.Kf4 Kh8 9.Kg4 Kh7 tan solo cabe desandar lo andando: 10.Kf4 (10.g6? Kh6) 10...Kh8 11.Ke5 Kh7. 8...Kh8 9.Kf4 Kh7 10.Kg4 Kh8 11.g6! Todo encaja. El negro está obligado a mover su caballo y las cuatro posibles casillas de salto están controladas, dos por el alfil (e6 y e8), las otras dos por el rey (f5 y h5). Recapitulando: tenemos un plan a la par paradójico y profundo, resuelto con un detalle puramente geométrico y una posición final de vistosa simetría, pero sin duda es el propio flujo del juego, con el rey dando caza al caballo mediante una serie de sutiles y delicados movimientos, la componente estética dominante. Y todo ello, conseguido con una economía de medios casi milagrosa. Un estudio redondo donde los haya. 1-0 [Comentarios parcialmente basados en notas de Nunn]