Polugaevsky - Torre

Moscú 1981


1.d4 d5 2.c4 c6 La defensa eslava, en la actualidad la respuesta más popular entre los ajedrecista de alto nivel frente al gambito de dama. Este movimiento tiene varias ventajas en comparación con la defensa ortodoxa 2...e6: 1) se deja en principio abierta la salida al alfil de dama; 2) se evita la estructura de peones que da origen al ataque de minorías (recuérdese la partida Evans-Opsahl); 3) se apuntala el avance b5, con lo que se refuerza la posibilidad de una eventual captura en c4. La parte negativa es que se pierde un tiempo de cara al avance c7-c5, que suele ser temático en esta apertura, 3.Nf3 Nf6 4.Nc3 e6 Llegándose así a la llamada defensa semieslava. Puede parecer un contrasentido jugar el movimiento que antes se evitó, pero la amenaza 5...dxc4 es ahora muy real. 5.Bg5 La respuesta más agresiva. 5.e3 es una jugada más tranquila, aunque si el negro lo desea puede continuar con 5...dxc4 6.Bxc4 b5, la variante Merano, que también tiene lo suyo. 5...dxc4 Con esta jugada la partida se encamina hacia la complicadísima variante Botvinnik. El sexto campeón del mundo no fue el primero en jugarla, pero sí quién la introdujo en la práctica magistral. Aunque el negro gana en principio un peón, se trata en realidad de un gambito porque enseguida el blanco lo recupera con intereses. La alternativa es 5...h6. 6.e4 Lo mejor. El blanco está listo para capturar el peón con 7.Bxc4 y además se especula con el avance 7.e5, explotando que el caballo está clavado. 6...b5 ¡El negro recoge el guante! 7.e5 Las blancas también juegan consistentemente. Lo que sigue es casi forzado si las negras no quieren perder una pieza: 7...h6 8.Bh4 g5 9.Nxg5 hxg5 10.Bxg5 Nbd7 Hemos llegado a la posición de partida de la variante Botvinnik. Tras la captura exf6 las blancas quedan con un peón de más. Mientras tanto el negro pretende activar su imponente masa de peones del ala de dama y avanzar el peón de c6 a c5, socavando el centro blanco. Además, las columnas abiertas en el ala de rey permiten montar un ataque al enroque, donde también se ejercerá presión desde las diagonales g1-a7 y h1-a8. Naturalmente todo lo anterior tiene su contrapartida, ya que su rey está más que expuesto, aunque si el blanco quiere aprovechar esta circunstancia debe activarse de inmediato; enseguida veremos de qué modo tan admirable lo hace Polugaevsky. Si el negro prefiere jugar con el material equilibrado a cambio de un planteo algo menos incisivo tiene a su disposición 10...Be7 11.exf6 Bxf6 12.Bxf6 Qxf6, línea con la que Smyslov hizo tablas frente a Kasparov en una de las partidas de su match final de Candidatos en Vilna, 1984. 11.exf6 Bb7 11...Nxf6 es teóricamente posible, pero va en contra del espíritu de la posición porque el caballo queda clavado y la iniciativa de las negras pierde todo el gas. 12.g3! Con diferencia lo más sensato. El alfil en fianchetto refuerza el enroque a la vez que planta cara a su adversario de b7. Tras 12.Be2?! las blancas recibieron una soberana tunda en la partida Denker-Botvinnik, Radio-match EE.UU.-U.R.S.S. 1945, que fue la puesta de largo de la variante a nivel internacional. 12...c5 13.d5 Nb6?! Esta jugada era el último grito de la teoría en aquella época. Hoy se prefiere 13...Qb6 14.Bg2 O-O-O 15.O-O b4, y esta oscurísima posición no se puede descartar nada, salvo el aburrimiento. 14.dxe6! ¡Actividad a cualquier precio! 14...Qxd1+ Posteriormente se intentó 14...Bxh1, pero 15.e7 Qd7 (si 15...Qxd1+ 16.Rxd1 se llega a la posición de la partida) 16.Qxd7+ Nxd7 17.Nxb5 Bxe7 18.fxe7 f6 19.Bf4 favorece al blanco, como se vio en la partida Ionov-Scherbakov, Rostov-on-Don 1993. 15.Rxd1 Bxh1 16.e7 a6?! Obviamente, el negro no tiene tiempo para 16...Bh6? en vista de 17.Nxb5 Rc8 18.Nc7+. Mas tarde se comprobó que 16...Bc6!? 17.Rd6 b4! da más oportunidades al negro, pero la jugada de Torre es la que entonces se consideraba la más adecuada. De hecho Bagirov, el segundo de Polugaevsky, se había defendido bien con ella, tras 17.exf8=Q+ (la jugada que los ordenadores sugieren, dicho sea de paso) 17...Kxf8! 18.Rd6 Rb8 19.Be3 Rh5 20.Be2 Re5, en sendas partidas contra Plachetka (Berlín 1979) y Beliavsky (Moscú 1981). Y así hemos llegado al momento álgido del duelo. Polugaevsky cuenta lo siguiente en su libro Grandmaster performance: "Durante dos semanas, a riesgo de desperdiciar un tiempo precioso, analicé la variante mientras me preparaba para mi match con Henrique Mecking. (Polugaevsky se refiere al match de cuartos de final del torneo de Candidatos que disputó en Lucerna con el brasileño en 1977; el soviético se impuso por un estrecho margen.) El riesgo mereció la pena. Una noche de insomnio, totalmente absorto en el trabajo, el corazón me dio un vuelco de repente: se me acababa de ocurrir una idea absolutamente nueva... En el match no pude usarla, y la hoja de papel con mi análisis se quedó en la recámara ¡durante más de cuatro años!" 17.h4!! Memorable. Polugaevsky pretende jugar posicionalmente sin damas y con torre de menos. 17...Bh6 18.f4!! El complemento de la jugada anterior. La torre y el alfil negros están enjaulados y el rey tampoco puede moverse pues el peón de e7 y la torre de d1 se lo impiden. Como se dice en estos casos, ¡un triunfo del espíritu sobre la materia! 18...b4 De nada sirve defenderse pasivamente: 18...Bxg5 19.fxg5 Rb8 20.Rd6! Ba8 21.Bh3 y el negro está acabado. 19.Rd6! "Esto también es consecuencia de mi preparación casera (tengo que admitir que analicé la posición hasta el movimiento 30 de la partida). Tras 19.Nb1 el negro sobrevive, pero ahora el caballo puede desplazarse a d1, y desde allí encaminarse hacia el centro." (Polugaevsky) 19...Rb8! La mejor, jugada tras una larga reflexión. De poco sirve 19...bxc3 20.Rxb6. Una posible continuación es 20...cxb2 21.Bxc4 Bc6 22.Rxb2 a5 23.Rb5! Rc8 24.Rxa5. En todas las variantes la ventaja de material del negro resulta ser una ilusión, pues no hay manera de conseguir que la torre de h8 se incorpore a la lucha. 20.Nd1 Bxg5 21.fxg5 Nd5! Mejor que 21...Bd5 22.Ne3 Be6 23.Bg2 Bd7 24.Bc6! Bxc6 25.Nf5! Rg8 26.Ng7+ Rxg7 27.Rd8+ Rxd8 28.exd8=Q+ Kxd8 29.fxg7. 22.Bxc4 Nxe7 23.fxe7 Kxe7 24.Rf6! Es mucho más importante evitar que la torre de h8 entre en juego que ganar el peón de a6. 24.Rxa6 Rhe8! 25.Rf6 Kf8+ da oportunidades de sobrevivir al negro. 24...Rhf8 25.Ne3 Be4 26.Rxa6 Rbd8 27.Rf6 El equilibrio material se ha restaurado y el blanco sigue conservando una importante ventaja posicional. 27...Rd6 28.Rf4 Rd4 29.h5 Bd3 Torre, en serios apuros de tiempo, busca alivio en los cambios para intentar desenredarse. 30.Nd5+ Kd6 31.Rxd4 cxd4 32.Bb3 Nos detendremos un rato en este punto porque tiene muchísima enjundia. Los comentaristas, Polugaevsky incluido, han tildado esta jugada de dudosa afirmando que aquí se gana fácilmente con 32.Bxd3 Kxd5 33.h6 Rg8 34.h7 Rh8 35.Kd2. Se supone que el negro necesita cuatro tiempos para llevar su rey de d5 a g7 (d6-e7-f8-g7) y así poder descongelar la torre. Mientras tanto el rey blanco se activa vía c2-b3-b4-c4, de paso capturando el peón de b4, y la torre por sí sola no puede frenar la avalancha que le viene por el ala de dama. Esto sin duda es cierto, pero según mi ordenador el rey negro puede atajar en su camino a g7: 35...Ke5! 36.Kc2 f5! (amenazando capturar en h7) 37.g6 Kf6! (ahora se ataca en g6) 38.Bxf5 (ya que no vale 38...Kxf5? 39.g7 y uno de los peones corona) 38...Kg7!. Como vemos, a cambio del peón el rey ha llegado a su destino ahorrando un par de tiempos vitales, que son suficientes para que la torre pueda sostener la posición. Por ejemplo, la partida podría continuar 39.Kb3 Rf8 40.g4 d3! 41.Bxd3 Rf3 42.Kc4 Rf4+ 43.Kb3 Rxg4; el blanco tiene que ceder uno de sus peones de a3 o b3 para hacerse con el de b4 y esto da al negro margen suficiente para empatar. También se ha escrito que (tras 32.Bxd3 Kxd5 33.h6 Rg8 34.h7 Rh8) vale la directa 35.a4 pero la máquina no opina lo mismo: 35...bxa3 36.bxa3 Ke5 37.a4 f5! 38.gxf6 (aquí esto es más incisivo que g6) 38...Kxf6 39.a5 Kg7 40.Kd2 Rc8 y la torre llega justo a tiempo de contener la hemorragia. Con el peón en a6 la partida se gana con 41.Be4; ahora, sin embargo, sigue 41.a6 Rc5 42.Be4 Ra5 y todo está bajo control. 32...Bc2 Torre insiste en su idea; el ordenador, por su parte, recomienda 32...Rg8 y afirma que la partida está nivelada. 33.Bxc2 Kxd5 34.Bb3+ Se ha afirmado repetidamente que aquí las blancas ganan tras 34.h6, pero el negro tiene a su disposición 34...Ke5! (no se puede jugar directamente 34...Rg8? por 35.Bb3+) y por transposición de jugadas se llega a líneas parecidas a las ya analizadas. 34...Ke5 35.g4 No tiene sentido avanzar el peón h porque el rey llega a tiempo de pararlo. 35...Kf4? Con el empate al alcance de la mano, Torre sucumbe por el cansancio y los apuros de tiempo. La salvación estaba en 35...d3! 36.g6 fxg6 37.hxg6 Kf6 38.Kd2 Rd8 39.Bf7 Rd4 40.g5+ Kg7. 36.g6 Ke3 No vale 36...fxg6 37.hxg6 Re8+ 38.Kd2 Re7 39.Bf7. Tampoco es buena 36...Kg5 37.Bxf7 Kh6 38.g5+ y los peones avanzan. 37.g7 Rc8 38.Kf1! Un grave error hubiera sido 38.h6? Rc1+ 39.Bd1 d3 40.g8=Q d2+ 41.Kf1 Rxd1+ 42.Kg2 Rg1+ 43.Kxg1 d1=Q+ y el negro se escapa. 38...d3 A 38...Kf3 se responde 39.Bd1+ Kg3 40.h6. 39.Kg2 Kf4 40.h6 En esta posición desesperada Torre perdió por tiempo. 1-0 [Comentarios basados en notas de Polugaevsky y Tukmakov]