En la posición de partida las blancas tienen apenas un peón de ventaja, que además no está destinado a durar mucho pues sus piezas están muy lejanas y las negras tienen dos maneras de capturarlo: Bxd7 y Ke6 o Ke7 (jaque descubierto) seguido de Kxd7. Más aún, tampoco sería una tragedia entregar una de las dos piezas por él ya que, como es sabido, dama y dos piezas menores no son suficientes, en general, para ganar a dama y pieza menor.

1.Qg5! Inesperadamente, el blanco activa la dama permitiendo ambas capturas. Como hemos dicho, si 1.Bg4 entonces 1...Bxd7 2.Bxd7 Qd6 es suficiente para empatar. El jaque 1.Bh5+ tampoco da nada especial tras 1...Ke7+ 2.Ke1; tan solo hay que ser prudente y jugar Qf6! antes de capturar en d7, ya que la nerviosa 2...Kxd7? permite 3.Qxa7+ Ke6 4.Qe3+ Kd7 5.Ne5+ Kc7 6.Qa7+ Kd6 7.Qa3+. Otro intento fallido es 1.Qg4 Ke7+ 2.Ke1 Qf6! y lo mismo cabe decir de 1.Ke1 Bxd7 2.Qxa7 Qd6. 1...Ke6+ 1...Bxd7 2.Nf4! brinda al blanco un ataque decisivo. La amenaza es 3.Bh5#, y tras 2...Qd6 3.Bc4+ Ke8 4.Qg8+ Ke7 5.Nd5+ el negro debe entregar la dama. 2.Kg1! El blanco tiene que elegir con cuidado dónde colocar el rey, para evitar dar luego a la dama enemiga la oportunidad de un jaque salvador. Por ejemplo, si 2.Ke1 Kxd7 3.Nc5+ Kc8 los eventuales jaques en e7 y b4 impiden que pueda continuarse como en la línea principal. Eso sí, tras 4.Qe5 hay que andarse con tino porque la posición es bastante peligrosa. La salvación está en 4...Bd7! 5.Na6 (5.Qd5 Bc6) 5...Kd8 6.Qc7+ Ke7 7.Qc5+ Kf7 8.Bc4+ Kg7 9.Qd4+ Qf6 10.Qxd7+ Kf8 y el negro se defiende; el rey blanco queda expuesto a los jaques de la dama y 11.Qxa7 se contesta con 11...Qc3+, embolsándose el alfil. 2...Kxd7 Ante la perentoria amenaza d8=Q es forzoso capturar. Sería suicida hacerlo con el alfil, pues 2...Bxd7 3.Bg4+ Kf7 4.Bh5+ Ke6 5.Qe5+ es mate. 3.Nc5+ Kc8 3...Ke8 4.Bh5+ está descartada, de modo que la única alternativa a la jugada de la línea principal es el avance 3...Kd6 4.Qg3+. Recular ahora no tiene sentido, pues 4...Ke7 5.Qe5+ Kf7 (5...Kd8 6.Ne6+) 6.Bc4+ Kg6 7.Bd3+ Kh6 (7...Kf7 8 Qe6+ es mate enseguida) 8.Qh2+ cuesta la dama tras 9.Ne6+. Por tanto, tras 3...Kd6 4.Qg3+, y en vista de que a 4.Kxc4 sigue 5.Qa3+ y cae la dama, no queda otra que seguir campo a través con 4...Kd5. Ahora hay que hilar fino: 5.Bc4+! Kxc4 (5...Kd4 6.Ne6+) 6.Qb3+ Kxc5 7.Qa3+ y por fin cae la dama. No obstante, el negro alberga una última esperanza. Si consigue colocar su alfil en b7, su caballo en d5 y su rey en a7 o b8, construirá una fortaleza inexpugnable para el blanco. Desafortunadamente para él, esto no es posible. Por ejemplo 7...Kb6 8.Qxf8 Nb5 9.Qb4 Bb7 10.Kf2 Kc6 11.Ke3 Nc7 12.Kd4 Nd5 y ahora, justo cuando el rey negro está a punto de llegar a la tierra prometida, el blanco juega 13.Qc5+ Kd7 14.Ke5 y gana sin dificultad. 4.Ba6+ Hemos superado la fase más dificultosa. Ahora solo queda disfrutar del espectáculo: 4...Kb8 Única ante el consabido jaque Ne6+. 5.Qg3+ Ka8 6.Bb7+! Aún estamos a tiempo de estropearlo con 6.Ne6? Qf3 7.Qg8+ Nc8 8.Qxc8+ Ka7. 6...Bxb7 7.Nd7! Amenazando mate en b6. Tras 7.Ne6? Qf7 8.Nc7+ Kb8 no hay nada real. 7...Qd8 La dama carece de jaques y este es el único modo de cubrir b6 y b8. Ahora entendemos por qué en la segunda jugada el rey blanco movió a g1 y no a e1. 8.Qb8+! La guinda. 8...Qxb8 9.Nb6# Sin palabras. 1-0 [Comentarios parcialmente basados en notas de Nunn]