Anderssen - Zukertort

Barmen 1869


1.e4 e5 2.Nf3 Nc6 3.Bc4 Bc5 La respuesta estándar en la apertura italiana. En la partida Estrin-Berliner de hace unos meses el negro planteó la más agresiva defensa de los dos caballos. 4.b4 Naturalmente Anderssen evita las variantes más tranquilas, como 4.c3, 4.d3 o 4.Nc3, y plantea el gambito Evans, inventado en 1824 por el capitán de marina William Davies Evans durante uno de sus viajes. Aunque hoy en día apenas asoma en el ajedrez de élite, no está ni mucho menos refutado. Sin ir más lejos, Kasparov lo usó para vapulear a Anand en el torneo de Riga de 1995. 4...Bxb4 5.c3 A cambio del peón sacrificado las blancas ganan un tiempo con este avance, que prepara d2-d4 y posibilita un eventual traslado de la dama a b3, desde donde podría ejercer una desagradable presión sobre f7. 5...Ba5 Clásicamente, la principal respuesta del negro. Ahora se tiende a preferir la más prudente 5...Be7, con la idea de devolver el peón pero a cambio frenar la iniciativa blanca: 6.d4 Na5 7.Nxe5 (si el blanco sigue apostando por el gambito entonces debe retirar el alfil de la diagonal donde hace más daño y llevarlo a e2, como hizo Kasparov en la partida mencionada) 7...Nxc4 8.Nxc4. 6.d4 exd4 6...d6 7.Qb3 Qd7 también tiene sentido, pero esa ya es otra historia. 7.O-O Bb6 La principal alternativa es 7...Nge7 8.cxd4 d5. La glotona 7...dxc3 también es posible, pero tras 8.Qb3 Qf6 9.e5 Qg6 10.Nxc3 Nge7 11.Ba3 el blanco tiene un ataque muy fuerte. 8.cxd4 d6 9.d5!? En la época en que se jugó la partida esta variante era la más popular, gracias al ejemplo del propio Anderssen. Hoy en día se considera un tanto apresurada y se prefiere la más flexible 9.Nc3, aunque el consenso más o menos general es que las negras no deben tener grandes problemas para empatar si juegan correctamente. 9...Na5 El salto más lógico. El negro ataca el alfil y gana un tiempo para movilizarse. 10.Bb2 Ne7! 11.Bd3 No vale 11.Bxg7? Rg8 12.Bf6 Nxc4 13.Qa4+ Qd7 14.Qxc4 Rxg2+! y el negro tiene un ataque ganador. 11...O-O 12.Nc3 Ng6 Igualmente razonable, mirando las casillas e5, f4 y h4 y dando vida a la dama. 13.Ne2! Anderssen intentó en algunas partidas 13.Na4 c5 14.Nxb6, pero este cambio reduce las posibilidades de ataque de las blancas. 13...c5 Zukertort sigue jugando con consistencia. El plan de avanzar los peones del ala de dama se antoja muy natural. 14.Qd2 En muchas partidas del siglo XIX se llegó a esta posición, aunque no está claro que la compensación de las blancas sea suficiente. La casilla g7 está en el punto de mira del negro pero puede ser defendida sin dificultad. La jugada, no obstante, tiene su malicia, porque si el negro hace caso omiso de esta amenaza latente y juega 14...Bd7?! 15.Ng3 Bc7? entonces 16.Bxg7! Kxg7 17.Nh5+ Kh8 18.Qh6 Rg8 19.Ng5 y ganan las blancas. 14...f6 Lo mejor, bloqueando al alfil y apuntalando la casilla e5. 15.Kh1 Bc7 Tras la jugada del blanco, evitando cualquier truco en la diagonal a7-g1, el alfil se retira para permitir el avance del peón b. 16.Rac1 En la segunda partida del match disputado entre Anderssen y Zukertort un año antes, se jugó 16.Ng3 Rb8 17.Nf5 Bxf5 18.exf5 Ne5 19.Nxe5 dxe5, pero el negro quedó mejor y ganó la partida. El ataque sobre el peón c desbarata este plan, pero el negro tiene otros modos de obtener contrajuego. 16...Rb8 17.Ng3 b5 Nos aproximamos al momento crítico. 17...Qe8?! 18.Nd4 no es aconsejable, y Anderssen ganó dos partidas amistosas a Zukertort en 1865 tras 17...Rf7?! 18.Nf5!. 18.Nf5 b4?! A este avance le falta contundencia. Al día siguiente, en el mismo torneo, Anderssen (¡con negras!) ganó a Wilfred Paulsen jugando 18...c4!, aunque tras 19.Be2! (Paulsen jugó la inferior 19.Bb1) 19...b4 20.Bxc4 Nxc4 21.Rxc4 Ba6 22.Rxc7 Qxc7 23.Rc1 el blanco recupera la iniciativa a costa de la calidad. 19.Rg1 Preparando el avance del peón g y evitando las complicaciones de la variante anterior. 19...Bb6 20.g4! Anderssen está en su elemento. 20...Ne5 21.Bxe5 dxe5?! Seguramente era mejor 21...fxe5 para paliar el efecto de g4-g5, aunque entonces el blanco tiene 22.Ng5 y si 22...h6?! la continuación 23.Ne6 Bxe6 24.dxe6 Nc6 25.Bc4 Kh7 26.Rg3 (o 26.g5) da un fuerte ataque a las blancas. 22.Rg3 Rf7 23.g5! Tras esta ruptura el ataque comienza a adquirir dimensiones preocupantes. 23...Bxf5 24.exf5 Qxd5? La jugada perdedora; este peón se le atragantará al negro. Era urgente buscar contrajuego con 24...c4 25.Bxc4 Nxc4 26.Rxc4 Rc8, llegándose a una posición de aproximado equilibrio. 25.gxf6! No cayendo en la trampa de 25.g6? (con la esperanza de ganar la dama con Bc4 tras la movida de la torre) 25...Rd7!. 25...Rd8 Visualmente las negras parecen tener una estupenda posición. 26.Qh6? no vale por 26...Qxf3+!, con lo que se diría que la presión sobre el alfil fuerza a las negras a pasar a la defensiva con 26.Rd1. Nada más lejos de la realidad, como estamos a punto de ver. Adviértase, por otro lado, que 25...Rxf6 pierde por 26.Bc4. 26.Rcg1!! Una auténtica bomba. 26...Kh8 Si 26...Qxd3 27.Qh6! g6 28.fxg6 Rxf6 29.gxh7+ Kf7 30.Ng5+ Ke7 31.Qg7+ Kd6 32.Rxd3+. Con la textual las negras consiguen al menos bloquear la columna g. 27.fxg7+ Kg8 También pierde 27...Rxg7 28.Rxg7 Qxf3+ 29.R1g2 y la amenaza Qh6 no tiene adecuada defensa. Por ejemplo 29...Qc6 30.Rxh7+! Kxh7 31.f6+ y es mate enseguida. 28.Qh6 Con la amenaza 29.Qxh7+ Kxh7 30.Rh3+ Kg8 31.Rh8#. 28...Qd6 Y aquí Anderssen anunció un espectacular mate en 5 movimientos: 29.Qxh7+! Kxh7 30.f6+ Kg8 31.Bh7+! Kxh7 32.Rh3+ Kg8 33.Rh8#. ¡Vaya manera de rematar una partida! 1-0 [Comentarios parcialmente extraídos del libro Play the Evans gambit de T. Harding y B. Cafferty]