El año se nos despide con la luna embarazadísima, lo que no deja de ser curioso porque también tuvimos luna llena al inicio del confinamiento. Resulta casi simbólico, ya que la aleatoria prohibición de los iluminados de Sanidad de no poder salir siquiera a correr un rato me jorobó sobremanera. Como ya he confesado en otra ocasión, experimento una peculiar excitación cuando troto por esos carriles perdidos de Dios y me alumbra el panzón satélite, acechado por murciélagos y roedores. Visto así podría decirse que los Simón y compañía me hicieron hasta un favor, en el sentido psiquiátrico del término, pero qué demonios, todos tenemos derecho a nuestras pequeñas paranoias; que esto no es Corea del Norte, se supone.
Gregory Alan Isakov es otro pirado por la luna, si sirve como termómetro la frecuencia con que la menciona en sus canciones. Muchos lo llamarían pirado en general. Vive soltero en una granja de 12000 metros cuadrados en Boulder, Colorado, y complementa con sus cosechas los ingresos que recibe por la música. Una música, como no podía ser de otra manera, orgánica y rural, que graba (últimamente también allí) con el mismo mimo con que cuida de su huerto. ¿Pirado? O visionario. Porque el título del disco de 2009 donde viene esta canción no pudo, por desgracia, venir más a cuento durante el encierro: This empty northern hemisphere. Disfrazada de añoranza por un amor perdido, “Words” reivindica el enorme poder, casi taumatúrgico, de las palabras. Las suyas son tan sencillas como eficaces, lo que no es casual: los buenos poetas nunca las precisaron rebuscadas.
Words / Gregory Alan Isakov
Words / Gregory Alan Isakov letra y traducción
Como bis, y casi como SOS, otra de lunas y palabras, vale que anaranjadas las primeras y atropelladas las segundas. Glass Heart String Choir (“choir” es un eufemismo; en realidad son un dúo) hacen una especie de pop “cinematográfico” —así lo describen ellos—, muy marcado por la formación clásica de ambos. Lo de pop, por “popular”, es un eufemismo aún mayor. Hace una década (entonces se hacían llamar The Thoughts) publicaron un par de álbumes que no escuchó ni el Tato. En 2018 reaparecieron con otro nombre (como quien se arruina y monta un nuevo negocio de extranjis para que los acreedores no lo descubran) y esta canción, “Wildfires”, cuyo perfectamente descriptible éxito hace temer que volverán a esfumarse pronto. Por si acaso, disfrutemos mientras se pueda de la multitalentosa (¡violín, chelo, arpa, piano…!) Katie Mosehauer y, muy especialmente, de la voz de Ian Williams, tan blanca y diáfana como el resplandor de la luna llena.
Wildfires / Glass Heart String Choir
Wildfires / Glass Heart String Choir letra y traducción
Esta, of course, es para ti, brujica.