La música: “Dream a little dream of me” de The Mamas and the Papas
Mis padres son la pareja más romántica que he conocido, pero su romanticismo no es de la variedad estridente: nada de aparatosos ramos de flores, sortijas de diamantes o relojazos de marca. No; sus regalos son de otra naturaleza.
Ella le ha regalado admiración. Para mi madre él no es solo su esposo, es su héroe. Tendríais que verla cuando habla de él, de sus trajines y sus cosas. El brillo de sus ojos la delata.
Él le ha regalado sueños. Es andarín por naturaleza y hubiera disfrutado viajando y viendo mundo, pero mi madre, ay, es de las que le tienen fobia al avión. Podría haberlo hecho solo, o con alguno de sus hijos, pero ni se lo ha planteado: ¿qué sentido tiene vivir experiencias así si no puede compartirlas con ella?
Ayer celebraron su cuadragésimo noveno aniversario. Valga como pequeño homenaje esta canción compuesta en los años treinta por Fabian Andre y Wilbur Schwandt (música) y Gus Kahn (letra). Michelle Phillips, el bellezón de The Mamas and The Papas, conoció de niña a Fabian Andre; años después, tras enterarse de su absurdo fallecimiento (se cayó por el pozo de un ascensor) decidieron grabarla con la otra “Mama” del grupo, Cass Elliot, a cargo de la voz solista. Antes la habían interpretado titanes como Nat King Cole, Bing Crosby, Louis Armstrong y Ella Fitzgerald, pero esta versión no se puede mejorar.
Una canción de amor de las de antes para una pareja de las que ya no quedan. Felicidades.
Dream a little dream of me / The Mamas and the Papas
Dream a little dream of me / The Mamas and the Papas letra y traducción
Noam Elkies es un genio. Estrictamente hablando. A los 15 años ganó una medalla de oro en la Olimpiada Matemática Internacional de 1982 con la máxima calificación, la persona más joven de la historia en hacerlo. Se doctoró con apenas 20 años en la Universidad de Harvard y gracias a sus importantes hallazgos en el campo de la geometría algebraica consiguió una cátedra en esta institución seis años después, siendo de nuevo el más joven en conseguirlo.
Afirman los neurólogos que las habilidades para la música, las matemáticas y el ajedrez se concentran en la misma zona del cerebro. Si esto es así, en el caso de este hombre dicha zona tiene que estar tan atestada de neuronas como El Corte Inglés de compradores rezagados en la víspera de Reyes. Es un consumado pianista y ha estrenado varias obras de música clásica, entre ellas un sorprendente Séptimo concierto de Brandenburgo escrito a la manera de Bach.
Pero las que nos interesan a nosotros en este momento son sus otras composiciones, las ajedrecísticas. El de hoy es su estudio más popular. La clave de su solución es una norma especial del ajedrez que a priori no pinta nada aquí, la regla de los 50 movimientos, cuyo objetivo es impedir que una partida pueda prolongarse indefinidamente. En puridad el estudio no es del todo correcto ya que contiene duales, es decir, jugadas alternativas del blanco que permiten llegar al mismo resultado. Pero son variantes de poca monta, que no alteran en absoluto el flujo de la solución, y por tanto perfectamente aceptables salvo que uno sea muy talibán para estas cosas.
Muy adecuada y oportuna la dedicatoria de la canción. Corroboro tus observaciones sobre la feliz pareja. Y que cumplan muuuuuchos maaaaas!