Paul Simon ya ha desfilado con su archicompinche Art Garfunkel por este blog, hasta ahí podríamos llegar, pero puede que no estéis tan al tanto de su carrera en solitario; o, tal vez, solo lo estéis por Graceland (1986), el maxipelotazo con el que introdujo los ritmos sudafricanos en el pop (“pop” significa, por supuesto, a escala industrial; Talking Heads y Peter Gabriel, por ejemplo, llevaban ya algún tiempo trajinando con esas cosas). Si es así, muy mal por vuestra parte, porque entre medias el norteamericano publicó algunos discos francamente majos, y algunas de sus canciones de esa época son tan buenas, o mejores, como las que conoce todo el mundo.
Y ahora viene mi problema. La verdad es que, con el tiempo, me he ido saltando la regla “un artista, una canción” con creciente descaro, pero al menos solía inventarme alguna excusa. Lo de hoy es, simplemente, que Simon tiene dos (ambas en There goes Rhymin’ Simon, 1973, su segundo álbum como solista) que me gustan tan igual que no veo modo de seleccionar. La primera que escucharéis, “St. Judy’s comet”, la compuso cuando nació su primer hijo. Técnicamente es una nana, imagino, aunque a tenor de la letra no parece que le funcionara mucho con el chiquillo. De hecho lo confirmó el propio músico: “No creo que sirviera para hacerle dormir en ningún momento. Los niños pequeños no se duermen con nanas, se duermen cuando están listos para ello”. Ciertamente, como garantiza la experiencia acumulada de miles de millones de desquiciados padres. Aparte de que, compréndelo Paul, pudiendo pasar la noche escuchando canciones tan chulas, ¿quién querría echarse a dormir?
St. Judy’s comet / Paul Simon
St. Judy’s comet / Paul Simon letra y traducción
Para la otra toca ponerse más serios. De nuevo habla el artista: “Escribí primero la melodía. Tenía varias letras posibles, diferentes títulos, diferentes asuntos. La letra original no era una canción de amor sino una especie de letra góspel. No recuerdo en qué momento llegué a la conclusión de que debería ser una canción de amor. Pero pensé que no iba a tratarse de la experiencia de una tercera persona, tenía que ser una canción muy personal. Lo que decía en ella era sincero y apropiado a cómo yo era cuando la escribí. ‘Something so right’ suena como mi propia voz, no hay en ella ni fraseo ni pronunciación estilizados, suena tal como yo hablo, como si yo mismo estuviera hablando en una canción”. Pues sí. Las circunstancias han puesto tristemente de moda lo de la “distancia social”, pero esta sofisticada y neurótica cultura nuestra lleva entrenándonos toda la vida para otra clase de distanciamiento, más sutil: hemos decretado que expresar los afectos es tabú. Es aberrante, objetivamente, y sin embargo todos, en mayor o menor medida, lo asumimos, por la simple razón de que tenemos un miedo terrible a que nos hieran. Y eso justamente, asumirlo, es lo que hace Paul Simon aquí: con la elegancia que corresponde a un superdotado musical de su calibre.
Something so right / Paul Simon
Something so right / Paul Simon letra y traducción