La música: “Under my thumb” de The Rolling Stones
Todavía con la espectacular exhibición de la Selección en el recuerdo, me apecete sin embargo ir contracorriente y hacer una apología del Perdedor.
Del “Perdedor” con mayúsculas, aclaro, que canear a los italianos siempre ha sido y será un placer. Pienso en ese luchador tozudo que se enfrenta una y otra vez contra su némesis, consciente como Sísifo de su destino pero intentándolo de todos modos a ver si algún día se produce el milagro: Rominger contra Induráin; los apaches contra el Séptimo de Caballería; el Coyote frente al Correcaminos; los Rolling contra los Beatles.
“Apenas” 9 números 1 frente a 27, “solo” 200 millones de discos vendidos frente a más de 1000 millones. Debe de ser un incordio que te restrieguen datos como estos, cuando no hacen sino confirmar que tienes canciones buenas como para colapsar un disco duro. “Under the thumb”, sin ir más lejos. Puede que no tenga el empaque de “She’s a rainbow” o “Wild horses”, ni el poderío de “Brown sugar” o “Sympathy for the devil”, pero en mi opinión es la canción que más les pega, sinvergonzona y políticamente incorrecta (feministas compulsivas, vade retro) hasta la médula. Los Rolling siempre han sabido sacarse de la manga canciones formidables a partir de combinaciones de acordes relativamente sencillas, y en este caso lo consiguieron realzando el producto con una marimba (una especie de xilófono de origen centroamericano) que el malogrado Brian Jones sacó a saber de dónde.
El pasado jueves se cumplieron justo 50 años de su primera actuación. Hace lustros que no escriben una canción acorde a su categoría y me temo que de un tiempo a esta parte empiezan a salir favorecidos en sus caricaturas, pero ahí siguen amarrados a los escenarios. Alguna gira han tenido que cancelar, como cuando hace cinco años Keith Richards se cayó de un cocotero, pero se les perdona y hasta se les ríe la gracia. Si Paul McCartney hubiera suspendido su actuación en el jubileo de Isabel II por un motivo semejante no habría tenido más remedio que hacerse el haraquiri. Servidumbres de ser un superhéroe.
Under my thumb / The Rolling Stones
Under my thumb / The Rolling Stones letra y traducción
Es imposible que alguien a quien le guste el rock no tenga como mínimo un recopilatorio de los Rolling en casa, preferiblemente el doble álbum Forty licks por ser el único que abarca toda su carrera. Pero a pesar de su envergadura se quedaron fuera un buen puñado de temas imprescindibles, aquí tenéis tres de ellos:
- I’m free, publicada como cara B de un single en 1965, es más simple que el asa de un cubo pero te engancha lo mismo. La regrabaron en 1995 para su disco Stripped y como los buenos vinos ha mejorado con el tiempo.
- Los Stones nunca tuvieron empacho en meter material muy de relleno en sus discos. Aftermath (1966) no es una excepción pero canciones como Lady Jane, una de las más inesperadas de su repertorio, lo redimen de largo. Bastan unos pocos instrumentos acústicos (uno de ellos el extravagante dulcimer, como siempre en manos de Jones) para llevarnos en volandas a los tiempos de Enrique VIII y conocer a Jane Seymour, una de las pocas esposas que no pudo ejecutar (ella se adelantó muriendo cuando daba a luz a su único hijo). “Under my thumb” es otro de los cortes del álbum, dicho sea de paso.
- En junio de 1969 los restantes miembros del grupo decidieron despedir a un Brian Jones cada vez más pasado de rosca; días más tarde sería hallado muerto en su piscina, “por accidente” según la investigación oficial. Mick Taylor ocupó su puesto hasta 1975 y su etapa coincide con la de mayor esplendor creativo de la banda. Moonlight Mile, una enigmática balada con sabor al lejano Oriente, es su aportación más celebrada, aunque los créditos de Sticky fingers (1971) no dicen ni pío al respecto. Fue por judiadas como estas por las que terminó largándose del grupo.
A los compositores de problemas y estudios les encanta ponerse retos, o “tareas” como dicen ellos. Hace un par de semanas ya os hablé de la rueda del caballo; otro muy conocido es el Valladão, propuesto en los sesenta por el problemista brasileño Joaquim Valladão Monteiro. Consiste en crear un estudio en cuya línea principal aparezcan los tres movimientos excepcionales del ajedrez: el enroque, la captura al paso y la promoción.
Se han inventado unos pocos estudios con este tema, por lo general bastante aparatosos porque el reto se las trae. Hoy os mostraré el favorito de los expertos, sorprendentemente limpio y con un importante mérito añadido: la promoción es, de hecho, una subpromoción de torre.
Su autor es el israelí, afincado en San Francisco, Gady Costeff. Costeff es uno de los compositores más reputados de la actualidad, autor de unos 200 estudios y 50 problemas de todos los géneros y director de la revista de estudios EG. De algún modo consigue compatibilizar estas actividades con la de Director Ejecutivo de Hot Topic Media, una empresa que opera en Internet en el ámbito de los contactos y las relaciones de pareja y es propietaria de webs con nombres tan sugerentes como “Double Your Dating”, “Catch Him And Keep Him”, “Have The Relationship You Want” y “Love Is In The Stars”.
Ya sabíamos que el ajedrez potencia capacidades tales como la concentración, la memoria o incluso la creatividad y el pensamiento crítico, pero no lo había visto relacionado hasta ahora con este tipo de habilidades, digamos “sociales”. Todos los días se aprende algo nuevo.
Estudio de G. Costeff, The Problemist 2007
No se podrá decir que Costeff se achanta ante un reto: en su estudio en Die Schwalbe, 2002, introduce un mecanismo de tablas posicionales mediante un doble Bristol auténticamente inhumano. Tendremos tiempo de hablar de ambos conceptos en futuras entradas, pero repito: el estudio es inhumano. ¿Y qué decir del que presentó al EBUR Humor Tourney, 2003/05, en el que el blanco gana con las siguientes jugadas: 1.Th1 2.Cg1 3.Ta1 4.Cb1 5.Af1 6.Ac1?