La música: “The captain of her heart” de Double
Es curioso cómo funciona la memoria. Por ejemplo, repasad vuestra banda sonora vital, es decir, esas canciones que siempre recordáis asociadas a un momento, o hecho puntual, de vuestra vida. Al menos en mi caso son sucesos en apariencia triviales: un día en casa de un amigo dibujando, una noche de insomnio en un viaje de estudios, la música que sonaba en el coche de alguien que me llevaba a examinarme de una asignatura de tantas. Pero sospecho que mi memoria tiene buenas razones para hacerlo, porque cuando remuevo esos recuerdos y buceo un poco más en ellos empiezan a aflorar cosas, agradables a veces, dolorosas otras, pero llenas de poder y significado.
“The captain of her heart”, de Double, siempre estará para mí asociada con el último día que visité a Salva, el barbero.
En mi pueblo, cuando yo era crío, uno no iba a la peluquería a cortarse el pelo: iba a la barbería a pelarse. La mía era la de Salva, un tipo más bien basto y un punto ceñudo, pero entrañable en el fondo y clavado de cara al Capitán Tan (los que peináis canas seguro que recordáis a este personaje de la tele, el de la foto de abajo). Supongo que por órdenes de mi madre me cortaba siempre a raya, lo cual era un engorro porque cuando ibas peinado el flequillo quedaba perfecto, pero en cuanto te desaliñabas un poco, que era lo natural, se te cruzaba en la frente como en diagonal y el efecto era desastroso. Me acuerdo de cómo sujetaba mi cabeza entre el meñique y el pulgar de una de sus manazas, mientras que con la otra empuñaba un odioso cortapelo con el que me repasaba el cogote, pellizcándome tan sensible zona unas cuantas veces en el proceso.
La verdad es que casi todo en aquella barbería imponía un poco. Las diversas navajas y el suavizador de cuero con que las afilaba lo que más, claro. El sillón giratorio me provocaba sentimientos encontrados. Por un lado me recordaba el del nefasto sacamuelas que me había arrancado un par de dientes por error, pero por otro era promesa de grandes cosas porque si te sentabas allí significaba que eras lo suficientemente alto para que tu cabeza emergiese sobre el respaldo. Y luego todas esas cosas tan de los adultos: el cuenco con el jabón y la brocha, el frasco de loción Floïd, con esa diéresis tan rara… Lo único que alegraba un poco la vista eran las botellas de colonia de distintos colores, todas de la marca “A granel” (bueno, yo creía entonces que eso era una marca).
El tiempo pasó, me fui a la universidad y la mística de la barbería de Salva se desvaneció. Seguía yendo de uvas a peras, por un rastro de lealtad y algo de pena, ya que el flujo de clientes había disminuido bastante. Hasta que una tarde de 1986, mientras caminaba hacia la barbería obsesionado con el inconfundible estribillo de piano de “The captain of her heart”, comprendí, como la protagonista de la canción, que también para mí sería aquella la última vez.
The captain of her heart / Double
The captain of her heart / Double letra y traducción
Double, el dúo suizo formado por Kurt Maloo (voz y guitarra) Y Felix Haug (teclados y batería), tuvo un importante pero efímero momento de gloria con “The captain of her heart”, tras el que se disolvió con apenas un par de álbumes (Blue y Dou3le) publicados. Los discos no son nada del otro mundo pero contienen dos canciones más realmente especiales:
- Rangoon moon. La otra gran melodía de Blue, infecciosa, exótica y sugerente a más no poder. ¡Ay, qué de aventuras no podrían vivirse bajo esa luna roja de Rangún…!
- Devils ball. La canción franquicia de Dou3le. De nuevo, un estribillo de los que parecen haber estado colgados ahí arriba desde siempre, como fruta madura, esperando simplemente a que llegue un hábil recolector y la recoja. Ojo a la colaboración de dos pesos pesados, Herb Alpert a la trompeta y Michał Urbaniak tocando el violín eléctrico como un verdadero poseso.
Tras un par de discos correctos pero no esenciales a principios de los noventa, Kurt Matoo (los dos del centro en la foto) reapareció por sorpresa en 2006 con algún kilillo de más y el monumental Kurt Maloo vs. Double – Loopy Avenue, donde revisa cuatro de sus temas con Double (incluida una versión de “Rangoon Moon” que supera desahogadamente a la original) y aporta ocho nuevas canciones. Su último trabajo hasta el momento, Summer of better times (2009), sigue por el buen camino y buena prueba de ello es que ha sido publicado por la mítica discográfica Verve.
La voz de Maloo, que fue siempre una de las grandes bazas de Double, también ganó peso en este tiempo y tiene ahora todo el cuerpo y la presencia de un gran vino. Si necesitáis alguna etiqueta para situaros, usad smooth jazz, jazz-pop o algo así, pero me parece mucho más adecuado lo siguiente, que he encontrado mientras me documentaba en algún sitio de Internet: “¿Te han dado alguna vez un largo masaje en los pies tras un duro día de trabajo? Pues eso es lo que hace con tus oídos la música de Kurt Maloo”.
- No hay una sola canción en Kurt Maloo vs. Double – Loopy Avenue que esté de más. De las nuevas tal vez me quedaría con Your town por el suave y sabio toque de bossa nova que asoma cuando menos te esperas.
William Anthony Shinkman (1847-1933) fue el más prolífico de los problemistas americanos; compuso la friolera de 3500. Comparando a Shinkman con su contemporáneo y buen amigo Sam Loyd, Alain White escribió en su libro Sam Loyd and his chess problems: “Loyd jugaba con los temas, Shinkman los dominaba”. Shinkman nació el día de Navidad de 1847 en Reichenberg, Bohemia, desde donde viajó con su familia a Estados Unidos cuando tenía 6 años. Fue vendedor de seguros, agente de la propiedad y, finalmente, alcalde de la ciudad de Grand Rapids, en el estado de Michigan, donde vivió casi toda su vida. A ella le debe su apodo “el mago de Grand Rapids”.
Según su sobrino Otto Wurzburg, Shinkman empezó a componer hacia 1870, así que que la divertidísima floritura de hoy correspondería a los comienzos de su carrera. Podéis verlo como un híbrido de problema y estudio, porque no hay más que un camino para la victoria, que coincide con el único modo que tienen blancas de dar mate en 20, y explota al máximo un tema muy habitual en ambas disciplinas, el de la escalera (entenderéis perfectamente el porqué de este nombre cuando reproduzcáis el trabajo). He revisado un par de bases de datos bastante grandes y, por lo visto, este es el primero en el que se utiliza esta idea. Si es así el mérito es doble, porque es de los más resultones que conozco.
Estudio de W. A. Shinkman, Dubuque Chess Journal 1871
Shinkman publicó un mate en 3 muy curioso en Mirror of American Sports, 1885. Tras la clave, y dependiendo de las posibles defensas del negro, el blanco se ve forzado a sacrificar una de sus torres hasta en 14 lugares distintos (es decir, todos los matemáticamente posibles) para poder dar mate en la jugada siguiente.
Me encantaba escuchar esa canción (debí grabarla en una “cinta”). Hace unos años, con youtube descubrí a Kurt Maloo. Me gusta escuchar su música. Muchas gracias por la traducción.
¡De nada y bienvenida!
Kurt Maloo es unos de los secretos mejor guardados del jazz-pop actual. Hace un par de años sacó otro disco (What About); aunque no tan redondo como los dos anteriores también vale mucho la pena.