Gelfand - Shirov

Polanica-Zdrój 1998


1.d4 Nf6 2.Nf3 g6 3.c4 Bg7 4.Nc3 d5 5.cxd5 Nxd5 6.e4 En la Grünfeld, al igual que en otras defensas hipermodernas, el negro permite a su oponente crear un poderoso centro de peones, que luego intentará socavar con ayuda de su alfil de g7 y movimientos como ...c7-c5 y ...Qa5. Las blancas, por su parte, confían en su peón de dama, que tras los cambios que se avecinan tiene buenas posibilidades de convertirse en peón pasado, y en sus perspectivas de ataque por el ala de rey. Una ventaja de la defensa Grünfeld frente a otros esquemas agudos como la india de rey o la Benoni es que no expone al negro a debilidades estructurales graves; si una Grünfeld no te sale como esperas aún tienes margen para la resistencia; si te falla una Benoni estás muerto. 6...Nxc3 7.bxc3 c5 8.Rb1 Gelfand apuesta por su línea favorita contra la Grünfeld, que en los últimos años es la considerada como principal en esta defensa (gracias, en no pequeña medida, a las aportaciones del propio Gelfand). Para apreciar el sentido de este movimiento, en apariencia casi insignificante, es importante tener claro que las esperanzas de éxito de las negras pasan por impedir que el primer jugador se consolide en el centro, ya que eso le daría vía libre para emprender maniobras en los flancos. Tras una jugada normal de desarrollo, digamos 8.Be2, el ataque contra d4 empezaría de inmediato, 8...Nc6!, y tras 9.Be3 Bg4 10.e5 O-O 11.O-O cxd4 12.cxd4 Qd7 13.Qd2 Rfd8 14.Rfd1 Rac8 las negras están bien porque el centro ha perdido su flexibilidad y el adversario no dispone de un plan obvio. Con su jugada de torre las blancas frenan ...Bg4, porque el peón de b7 está amenazado, y también ...Nc6, ya que el blanco podría atacar el caballo con d4-d5 sin temor a que el alfil capture en c3 tocando a1. 8...O-O Nunca viene mal poner a resguardo al rey, sobre todo teniendo en cuenta la tormenta táctica que se avecina. 9.Be2 cxd4 Shirov, él también un gran experto en esta defensa, se mantiene en la variante principal. La alternativa 9...Nc6 10.d5 y ahora 10...Ne5 también se juega; 10...Bxc3+?!, en cambio, no es muy prudente, pues por el precio de un peón las blancas consiguen una peligrosa iniciativa, 11.Bd2 Bxd2+ 12.Qxd2 Na5 13.h4. Igualmente lógica es 9...b6 10.O-O Bb7 11.Qd3 Ba6 12.Qe3 e6, consolidando el flanco de dama y obstruyendo el plan d4-d5 del blanco. 10.cxd4 Qa5+ La letra pequeña de Rb1. El centro blanco es de pasarela, de acuerdo, pero el peón de a2 está expuesto y, si cae, el negro se queda con dos peones pasados en el ala de dama como dos soles. 11.Bd2 La cauta 11.Qd2 Qxd2+ 12.Bxd2 es posible, pero observad la que le montó Kasparov (con negras) a Hertneck, en cuestión de nada, en Múnich 1994: 12...b6 13.d5 Na6! 14.Be3 f5 15.e5 f4! 16.Bd4 Bf5! 17.Rc1 Nb4! 18.Bc4 Nd3+. El gran maestro alemán apenas resistió 11 jugadas más. 11...Qxa2 12.O-O Una posición con mucha enjundia, que los gurús de la Grünfeld llevan años macerando incapaces de decidir qué bando está mejor. A primera vista es el negro: tiene un peón de ventaja, dos peones pasados y encima es su turno de mover. Ahora bien, el blanco va muy adelantado en el desarrollo, y no es fácil para el negro ponerse al día porque b7 sigue atacado y cuando el caballo salte a c6 le caerá d4-d5 ipso facto. Más aún, el ala de rey está pobremente defendida, la dama está en el otro lado del tablero, y el peón de d puede avanzar hacia la coronación, ayudado por el de e, mucho más rápido que sus colegas negros. Más no olvidemos que el centro sigue siendo del blanco. Lo cierto y verdad es que el negro, a poco que titubee, puede acabar en una situación harto comprometida. Con buen criterio, Shirov opta por la continuación más dinámica: 12...Bg4! El intento de consolidarse con 12...b6 tiene dos inconvenientes. El primero es que da a las blancas la opción de tablas por repetición de jugadas, 13.Qc1 Bb7 14.Bc4 Qa4 15.Bb5 Qa2 16.Bc4 Qa4 17.Bb5 Qa2. El segundo es que estas pueden jugar más ambiciosamente, por ejemplo 18.Re1! Rc8 19.Qd1 e6 20.h4! como en una partida que Ivanchuk le ganó a Svidler en Linares 1998. 13.Bg5!? Una de las dos principales continuaciones en este punto, siendo la alternativa 13.Be3 Nc6 14.d5 Na5 15.Bc5 Bf6 16.e5, con una posición complicada donde el negro parece disponer de suficientes recursos defensivos. La directa 13.Rxb7, en cambio, no plantea grandes problemas, 13...Bxf3 14.Bxf3 Bxd4 15.Rxe7 Nc6 16.Rd7 Rfd8. La jugada de la partida es algo extraña, en el sentido de que, como veremos enseguida, las blancas no amenazan realmente capturar en e7, por lo menos de momento; no obstante tiene peligro, y no poco (¡eso también lo veremos!). 13...h6 En g5 el alfil ejerce influencia tanto en la diagonal h4-d8 como en la c1-h6, por lo que tiene sentido empujarlo a una casilla menos favorable. 14.Bh4 La otra opción es 14.Be3, como antes, aunque no está claro si la inclusión de ...h7-h6 beneficia o perjudica al segundo jugador. En cuanto a 14.Bxe7?!, ya decíamos que no se recomienda: 14...Re8 15.Rxb7 Nd7 16.Bb4 Rxe4 17.Re1 Bxf3 18.Bxf3 Rxd4 y las negras ganan un peón. 14...a5 Un movimiento enérgico, muy del estilo de Shirov, pero igual no es el mejor. Cuando el negro juegue ...g5 su enroque quedará bastante debilitado, una mala noticia porque el centro blanco sigue intacto, y cuando se plantea una batalla en flancos opuestos del tablero quien tiene más control central suele llevar las de ganar. Nótese, por añadidura, que mientras el peón de d siga en d4 el alfil de g7 no puede apoyar el avance del peón negro. Digna de consideración era 14...g5, con la posible continuación 15.Bg3 Nc6 16.d5 Rad8 17.Rxb7 f5!? y el contraataque del negro parece suficiente para igualar. Un ejemplo: 18.Qe1 Bxf3 19.Bxf3 Nd4 20.exf5 Nxf3+ 21.gxf3 Qxd5 22.Rxa7 Rxf5 23.Qxe7 Rf7 24.Qxf7+ Qxf7 25.Rxf7 Kxf7 26.f4 g4, con un final imposible de ganar a pesar del peón extra. 15.Rxb7 g5 Ahora sí estaba en riesgo el peón de e7. 16.Bg3 a4 17.h4 Más incisivo que 17.Rxe7 Nc6 18.Rb7 Bxf3 19.Bxf3 Nxd4 y las negras poco tienen que temer. 17...a3 Shirov va a saco. Meses más tarde, Ivan Sokolov probó 17...Nc6 18.hxg5 hxg5 19.d5 Bxf3 20.Bxf3 Nd4 con éxito ante Shipov. 18.hxg5 hxg5 19.Rc7!? Una diabólica novedad concebida sobre la marcha por Gelfand, que necesitó más de una hora de reflexión para convencerse de su eficacia. La jugada tiene varios propósitos, dos de ellos claros: llevar el alfil a c4 atacando a la dama y vigilando a2, o bajar a c2 para capturar con el caballo en g5, lo que ahora no es posible porque el alfil de e2 quedaría vendido. 19.Rb5 es muy tentadora, pero luego de 19...Nc6 20.Rxg5 Bxf3 21.gxf3 Qb2 22.Bc4 Rfd8 las negras habían conseguido sobrevivir en la partida Lautier-Sokolov, Malmoe 1998. 19...Na6?! Muy arriesgada: el negro se olvida de su rey y sigue adelante. El añadido 19...Bxf3 20.Bxf3 no le beneficia, pero la precisa 19...Nd7! lo saca del apuro, véase 20.e5 (más exacta que la inmediata Rc2) 20...Qb2 21.Rc2 Qb3 22.Nxg5 Bf5 23.Rc1 Qxd1 24.Rfxd1 a2 25.Ra1 Bh6. Es verdad que el blanco ha ganado un peón, pero el negro tiene otro en séptima que vale por dos. El ordenador recomienda 26.Bf4 Rfb8 27.e6 Bxg5 28.exf7+ Kxf7 29.Bxb8 Rxb8 30.Rxa2 y esto son tablas de todas todas. 20.Rxe7 20.Bc4 Qb2 21.Rxe7 lleva a la misma posición de la partida por inversión de jugadas. En cambio 20.Rc2 Qb3 21.Nxg5? es un error, pues 21...Nb4 gana una calidad en vista de 22.Rd2 Qxd1 23.Rfxd1 Bxe2 24.Rxe2 a2 25.Ra1 Bxd4. 20...Qb2 Muy natural. La dama ataca el centro y hace hueco para el peón de torre dama, pero pasa por alto un detalle. 21.Bc4! La verdadera idea de Gelfand empieza a tomar forma. ¿No debería ser esto imposible porque el negro juega ...Qb4, tocando alfil y torre, y esta se queda sin casillas donde esconderse? 21...Qb4? ¡Pillado! Aún había manera de escapar de la sartén, aunque no era fácil encontrarla. 21...Bf6? pierde por 22.Rxf7! Rxf7 23.Bxf7+ Kxf7 24.Nxg5+ Bxg5 25.Qxg4, con la posible continuación 25...a2 (se comprueba que 25...Rg8 26.Qf5+ tampoco salva al negro) 26.Qxg5 a1=Q 27.Qd5+ Kg6 28.Qf5+ Kg7 29.Be5+ y es mate enseguida. Coherente, pero igualmente perdedora, es 21...a2 22.Rxf7! Rxf7 23.Bxf7+ Kh8 (23...Kxf7 24.Nxg5+) 24.Bd5 Rd8 25.Qa4 Nb4 26.Bxa2 Nxa2 27.Nxg5, con una brutal compensación por la pieza. Lo imperativo era 21...Nb4!, cuando tras las nada triviales escaramuzas 22.Rxf7 Rxf7 23.Bxf7+ Kh8 24.Bd6 a2 25.Qa1 Qxa1 26.Rxa1 Bxf3 27.Bxb4 Bxd4 28.Rxa2 Rxa2 29.Bxa2 Bxe4 las blancas no consiguen suficiente ventaja para ganar. 22.Bxf7+! 22.Rxf7?, por contra, es insuficiente por 22...Qxc4 23.Rxg7+ Kxg7 24.Qd2 Bxf3 y con juego correcto es tablas, 25.Qxg5+ Kf7 26.Qf5+ Ke7 27.Bh4+ Kd6 28.Qe5+ Kc6 29.Rb1 (amenazando d4-d5+) 29...Nb4 30.Be7 (ahora se amenaza Qd6+) 30...Kd7 31.Bxb4 (para seguir con Qe6+) 31...Qe6 32.Qb5+ Qc6 33.Qxc6+ Kxc6 34.Bxf8 a2 35.d5+ Kd7 36.Ra1 Bxe4 37.Bg7 Bxd5. 22...Kh8 Forzado, ante 22...Rxf7 23.Rxf7 Kxf7 24.Nxg5+ Kg8 25.Qxg4. Estamos en el momento cumbre del duelo. Shirov había calculado hasta aquí y ya se veía con la partida en el bolsillo porque, como ya se ha comentado, la torre no tiene escapatoria. Pero Gelfand había llegado más lejos... 23.Rd7!! Apabullante. La torre sucumbe, sí, pero justo en esta casilla, para que el alfil abandone g4 y se despeje la diagonal d1-h5. En el post mortem el hiperimaginativo Shirov propuso la todavía más extraterrestre 23.Be6!? Bxf3 24.Rxg7 Bxd1 25.Be5, amenazando mate en dos. 25...Qb5 es la única defensa, pero tras 26.d5 (en caso de 26.Bd5 las negras se escapan con una jugada digna de John Dickson Carr, 26...Rf5!!) 26...Qb2! 27.Rg8+ Kh7 28.Bxb2 Rxg8 29.Bxa3 Bc2 30.Bf5+ (sería absurdo cambiar este hermoso alfil por una insulsa y pasiva torre) 30...Kh6 31.Rc1 Ba4 32.e5 es difícil creer que las blancas, a pesar de su dominante posición, puedan triunfar: ¡no olvidemos que tienen torre de menos! 23...Bxd7 No hay mucho donde elegir. Si 23...Bf6 24.Be6! Bxe6 25.Nxg5 la catástrofe es inminente, y 23...a2 24.Bxa2 Rxf3 (24...Bxd7 25.Nxg5 sería lo mismo que lo de la partida y encima sin el peón) 25.Rxg7! Rf4 26.Bxf4! Bxd1 27.Be5 proporciona una versión mejoradísima de la anterior variante de Shirov. 24.Nxg5 Ups. Se viene el mate encima. 24...Qb6 24...Bxd4 es ridícula, 25.Qh5+ Kg7 26.Qg6+ Kh8 27.Qh7#. 25.Be6! La guinda del pastel que se empezó a preparar en la jugada 19. El alfil bloquea la sexta fila y se amenaza de nuevo Qh5+. 25...Qxe6 No hay nada mejor, y así lo evidencian las variantes 25...Bxd4 26.Qh5+ Kg7 27.Qh7+ Kf6 28.e5+ Bxe5 29.Bxe5+ Kxe5 30.Re1+ Kf6 31.Bxd7 y 25...Be8 26.Qg4 Bxd4 (o bien 26...Rf6 27.Be5 Rxe6 28.Nf7+) 27.Qh4+ Kg7 28.Qh7+ Kf6 29.Bh4! (preparando la descubierta Nf3+) 29...Ke5 30.Nf7+ Rxf7 31.Qh5+ Kd6 32.Qd5+ Kc7 33.Bg3+. A pesar de la pérdida de su dama el negro no se quedará muy atrás en material, pero prácticamente sin peones donde anclar sus piezas hay serio riesgo de que la dama blanca se meriende alguna. 26.Nxe6 Bxe6 27.Be5 27.Bd6 Rfd8 28.Bxa3 no tenía mayor problema, pero Gelfand apuesta por eliminar el principal defensor del rey negro. 27...Rf7 Tampoco resuelven nada 27...Bxe5 28.Qh5+ Kg8 29.Qg6+ Bg7 30.Qxe6+ Rf7 31.e5 o 27...Bc4 28.Qc1 Bxe5 29.Qxc4 Bg7 30.Ra1; el blanco tiene suficientes recursos para que el peón de a3 no se desmadre. 28.Qh5+ Kg8 29.Qg6 Bd7 Con 29...Bc4 30.Qc6 o 29...Bb3 30.Bxg7 Rxg7 31.Qb6 Bf7 32.Qb7 se perdía material. 30.Bxg7 Rxg7 31.Qd6 Amenazando el jaque doble en d5 y capturar en a3. 31...Kh7 31...Nc7! permitía enfangar bastante la partida, pero si las blancas juegan correctamente no hay nada que hacer: 32.Qxc7 Bh3 33.Qc6 Ra5 34.Rc1 Rxg2+ 35.Kh1 a2 36.Qe8+ Kh7 37.Qe7+ Kh6 38.Rc6+ Rg6 39.Qf8+ Kg5 40.Qd8+ Kf4 41.Qxa5 Rxc6 42.Qxa2. 32.Qxa3 Sin este peón poco podrá hacer ya el negro para contrarrestar el paulatino avance del ejército blanco. 32...Nc7 33.Qe3 Una posición de lo más exótica: ¡el número de peones blancos coincide con el de las piezas negras, y el negro no tiene peones en absoluto! A todo esto, el centro blanco sigue donde lo dejamos en la jugada 6. 33...Ne6 34.d5 Ng5 35.f4 Nh3+ Si 35...Nf7 se puede avanzar el peón de rey o el de alfil, a gusto del consumidor. 36.Kh1 Ra2 36...Rag8 37.gxh3 Rg3 38.Rf3 no tiene más trascendencia. 37.f5! Evitando la última trampa, 37.gxh3? Rgg2 y las negras se aseguran el empate, por ejemplo 38.Qf3 Rh2+ 39.Kg1 Rxh3 y o bien se cambia la dama por una torre o bien es jaque continuo, 40.Qd1 Rg3+ 41.Kh1 Rh3+. 37...Ng5 38.f6 Rg6 39.f7 Evitar la coronación del peón implica la pérdida de una pieza así que las negras abandonaron. 1-0 [Comentarios parcialmente basados en notas de Gelfand y Rowson]