Steinitz - von Bardeleben

Hastings 1895


1.e4 e5 2.Nf3 Nc6 3.Bc4 Bc5 4.c3 Steinitz abre la partida con la variante principal de la apertura italiana, ya estudiada por Gioachino Greco a comienzos del siglo XVII. Se suele usar la expresión giuoco piano, o "juego tranquilo", para referirse a ella, aunque a la vista de la tormenta que enseguida se desatará no parece la más apropiada. Debe tenerse en cuenta que cuando esta línea recibió su nombre la apertura más usada era el gambito de rey 1.e4 e5 2.f4, y esta sí que es turbulenta de verdad. Las principales alternativas son el tumultuoso gambito Evans 4.b4, ya visto en la partida Anderssen-Zukertort, y el soporífero giuoco pianissimo 4.d3, que también puede plantearse con 4.c3 seguido de 5.d3. 4...Nf6 Un saludable movimiento de desarrollo que fuerza al blanco a moderar el paso con 5.d3 o a abrir el centro antes de estar completamente preparado para ello. 5.d4 Al viejo león no le tiembla el pulso. 5...exd4 6.cxd4 En apariencia el blanco ha conseguido un centro perfecto de peones, pero no podrá mantenerlo. Se puede intentar ganar más terreno con 6.e5, pero el negro dispone de la reacción temática 6...d5! que le mete de lleno en la pelea. 6...Bb4+ Este es el punto. Si se diera al blanco tiempo de enrocarse sus peones centrales avanzarían sembrando el pánico entre las piezas negras. 7.Nc3 Quizás lo más correcto objetivamente sea 7.Bd2 Bxd2+ 8.Nbxd2 d5!, aunque el centro blanco se desarma y el negro se queda con una posición muy aceptable. 7...d5?! Aquí, sin embargo, este movimiento no es tan eficaz. La diferencia con la variante anterior es que el blanco conserva su alfil de casillas negras, lo que refuerza considerablemente sus posibilidades de ataque en la posición abierta que aparecerá en el tablero. Es muy probable que von Bardeleben temiera adentrarse en las complicaciones de 7...Nxe4! 8.O-O Bxc3 9.bxc3 (una importante alternativa en este punto es el ataque Möller 9.d5!?, introducido pocos años después de esta partida, pero con juego correcto las negras conservan el peón de ventaja ) 9...d5, ya que Steinitz había descorchado la arriesgada novedad 10.Ba3 contra Schlechter en la segunda ronda de este mismo torneo. Schlechter respondió incorrectamente 10...Be6? y se metió en dificultades, pero en la primera partida del match de revancha contra Steinitz por el título mundial (Moscú, 1986), Lasker jugó la natural 10...dxc4!. Tras 11.Re1 f5 12.Nd2 Kf7 13.Nxe4 fxe4 14.Rxe4 Qf6 las blancas no obtuvieron compensación suficiente por la pieza y perdieron. 8.exd5 Nxd5 9.O-O Be6 Ya es tarde para capturar el peón. Tanto 9...Bxc3 10.bxc3 Nxc3? (es mejor 10...O-O) 11.Qe1+ como 9...Nxc3 10.bxc3 Bxc3? 11.Qb3! Bxa1 12.Bxf7+ Kf8 13.Ba3+ Ne7 14.Rxa1 g6 15.Re1 son un desastre. 10.Bg5 La variante 10.Nxd5 Bxd5 11.Qb3 Bxc4 12.Qxc4 Be7 13.d5 Nb4 14.Rd1 O-O también da ventaja a las blancas, pero el rey negro consigue ponerse a cubierto. 10...Be7 Quizás sea mejor 10...Qd7 11.Bxd5 Bxd5, aunque tras 12.Re1+ las negras deben renunciar al enroque porque si 12...Be7? se pierde: 13.Ne5 Nxe5 14.Rxe5 Be6 15.Bxe7 Qxe7 16.d5. 11.Bxd5! Bxd5 12.Nxd5 No es suficiente 12.Bxe7 Nxe7 13.Re1 O-O 14.Rxe7 Bxf3 15.Qe1 Bc6, con igualdad. 12...Qxd5 13.Bxe7 Nxe7 14.Re1 f6 15.Qe2 Llegamos a un momento crítico. En sus comentarios a la partida, Kasparov califica esta jugada de dudosa y la llama "el único arañazo de un deslumbrante diamante". De acuerdo con sus análisis 15.Qa4+ gana, pero solo revisa en profundidad la respuesta 15...Kc7. Mi ordenador, sin embargo, prefiere perder material y activarse con 15...Qd7 16.Qb4 Kf7 17.Qxb7 Rab8 18.Qxa7 Rxb2. Es verdad que el blanco tiene un peón de más y 19.a4 parece muy peligrosa, pero las cosas no están tan claras porque el caballo negro tiene una gran casilla en d5 y la dama blanca estorba, más que ayuda, a su peón. Una posible continuación es 19...Nd5 20.a5 Rb5 21.Rab1 Re8 22.Rxb5 Rxe1+ 23.Nxe1 Qxb5 24.Qc5 Qxc5 25.dxc5 Nb4 26.Nd3 Na6! (26...Nxd3?? 27.a6!) 27.Kf1 Ke6 28.Ke2 Kd5 y parece que lo peor de la tormenta ha pasado. 15...Qd7 Mejor que 15...Qd6 16.Nd2, poniendo en evidencia la poco airosa situación de la dama. 16.Rac1 16.Rad1 se ha sugerido aquí como posible mejora, pero tras 16...Kf8! las negras se defienden. 17.d5, por ejemplo, no es efectiva: 17...Nxd5 18.Ng5 Re8 (mejor que 18... fxg5 19.Qf3+) 19.Qf3 c6 20.Qa3+ Kg8 21.Ne4 b6 22.b4 y las blancas tienen cierta compensación por el peón pero nada más. 16...c6? La jugada perdedora. Tal vez von Bardeleben no vio claras las consecuencias de 16...Kf7 17.Qxe7+?! (17.Nd2 Rhe8 18.Qd3 es mejor, conservando todavía una cierta ventaja), pero no hay nada que temer, como muestra la continuación 17...Qxe7 18.Rxe7+ Kxe7 19.Rxc7+ Kd6 20.Rxg7 Rac8 21.g3 Rc7. 17.d5! Una clásica ruptura en el centro, estrictamente coherente con las teorías de Steinitz: el jugador que tiene ventaja está obligado a atacar. ¡Sobre todo si, como es el caso aquí, el ataque tiene todos los visos de ser ganador! 17...cxd5?! Resistía más 17...Kf7 18.dxc6 bxc6 (o 18...Nxc6 19.Rcd1), pero 19.Qc4+ Qd5 20.Qg4, con la amenaza de 21.Rcd1, da a las blancas una fortísima iniciativa. 18.Nd4 Kf7 19.Ne6 La amenaza es 20.Rc7 Qd6 21.Ng5+ fxg5 22.Rxe7+ Kg8 23.Re8+ Kf7 24.Qh5+ g6 25.Qf3+ Qf4 26.R8e7+ Kf8 27.Qxd5 y el negro está perdido. 19...Rhc8 Ya no hay escapatoria. Ni 19...Rac8 20.Qg4 g6 21.Ng5+ Ke8 22.Rxc8+ ni 19...Nc6 20.Nc5 Qf5 (Qc8 21.Qh5+) 21.Nxb7 Qd7 22.Nc5 Qf5 23.Ne6 Rac8 24.Qa6 Ne7 25.Rxc8 Rxc8 26.h3 sirven de mucho. 20.Qg4! Con la vista puesta en g7, o así lo parece, pero la maniobra oculta una increíble idea. 20...g6 21.Ng5+ Ke8 Forzada ante el ataque a la dama negra. 22.Rxe7+!! Os quiero bien espabilados ahora, porque arranca una de las secuencias combinativas más famosas de la historia del ajedrez. 22...Kf8! La torre no puede ser capturada ni por la dama, 22...Qxe7 23.Rxc8+ Rxc8 24.Qxc8+, ni por el rey, 22...Kxe7 23.Qb4+ Qd6 (23...Ke8 24.Re1+ Kd8 25.Ne6+) 24.Qxb7+ Qd7 25.Re1+ Kd6 26.Nf7+. La jugada de von Bardeleben pone al descubierto un inesperado defecto de la posición blanca: 23.Qxd7?? Rxc1+. ¡Ahora las cuatro piezas de Steinitz están amenazadas! 23.Rf7+!! 23.Rxc8+? parece natural, para seguir con 23...Rxc8 24.Rf7+ como en la partida, pero ya veremos que no es lo mismo. 23...Kg8 No sirven 23...Qxf7 24.Rxc8+ ni 23...Ke8 24.Qxd7#. 24.Rg7+!! Kh8 El rey tiene que seguir moviéndose, a la vista de 24...Qxg7 25.Rxc8+ y 24...Kf8 25.Nxh7+. 25.Rxh7+!! Dan ganas de usar una de esas onomatopeyas de los cómics Marvel clásicos como BTAM!, THONK! o similar. La torre completa su memorable travesía volando la piedra angular que sostiene la defensa de las negras. Fue justo en este momento cuando von Bardeleben se levantó y se largó de la sala sin decir palabra. Ya sabemos que 25...Qxh7 26.Rxc8+ no es factible, pero ¿qué ocurre si el rey simplemente juega 25...Kg8? ¿No tendría el blanco que conformarse con tablas por jaque continuo? En absoluto, como un extático Steinitz mostró a la concurrencia una vez agotado el tiempo de su adversario: 26.Rg7+ Kh8 27.Qh4+! Kxg7 28.Qh7+ Kf8 29.Qh8+ Ke7 30.Qg7+ Ke8 31.Qg8+ Ke7 32.Qf7+ Kd8 (32...Kd6 33.Qxf6+; ahora entendemos por qué hubiera sido un error cambiar torres en la jugada 23) 33.Qf8+ Qe8 34.Nf7+ Kd7 35.Qd6#. 1-0 [Comentarios parcialmente basados en notas de Kasparov y Burgess]